Las familias desesperadas de los rehenes israelíes-estadounidenses suplican a la Casa Blanca que sea creativa para liberar a sus seres queridos
Ruby Chen, cuyo hijo Itay, reservista de 19 años, lleva desaparecido desde el 7 de octubre, habló recientemente con la CNN justo antes de medianoche en Israel. "Esta es la parte más difícil del día", dijo Chen, porque es entonces cuando por fin se permite hacer una pausa lo suficientemente larga como para preguntarse: "¿Hasta qué punto he contribuido a mover un ápice la liberación de mi hijo?".
Para Iris Haggai Liniado, cuyos padres se cree que fueron secuestrados por Hamás hace dos meses mientras daban su paseo matutino, cada comida puede servir de doloroso recordatorio de lo poco que sabe sobre el paradero de su madre y su padre. "Hoy me he sentado a cenar con mi hermana", dijo Haggai Liniado a CNN una noche de esta semana. "Estoy comiendo este enorme plato de comida, y mi madre no está comiendo nada. O quizás comiendo arroz. O quizá ni siquiera viva".
No saber si sus padres, Judih y Gadi Weinstein-Haggai, siguen vivos -y si lo están, cuánto sufrimiento pueden estar soportando- ha sido una tortura, dijo. "No se lo desearía ni a mis peores enemigos. No le desearía esto a Hamás , que hizo todas estas cosas".
Chen y Haggai Liniado se encuentran ahora entre las familias de los rehenes estadounidenses que piden desesperadamente al gobierno israelí y a la Casa Blanca de Biden, que hagan algo -lo que sea- para sacar a sus familiares del cautiverio de Hamás.
La liberación de varios rehenes israelíes y rusos como parte de un acuerdo independiente que el presidente ruso Vladimir Putin alcanzó con Hamás ha dejado huella en las familias de los rehenes estadounidenses. Aunque reconocen las circunstancias únicas que parecen haber hecho posible la liberación de los ciudadanos rusos -principalmente, Putin ha sido acusado de apoyar a Hamás-, las familias se preguntan cada vez más si sería posible algún tipo de acuerdo que garantice la liberación sólo de los ciudadanos estadounidenses.
"El presidente Putin nos ha abierto los ojos al ver que existe la posibilidad de llegar a un acuerdo por separado para una nacionalidad concreta", afirma Chen. "Así que ese precedente es algo que creo que es lógico sugerir o considerar".
Haggai Liniado se hizo eco de esa opinión, aunque también reconoció la realidad de los vínculos de Moscú con Hamás. "Si los rusos lo hicieron", dijo, "tiene que haber una manera. De alguna manera".
Chen también estuvo entre las familias de los rehenes que se reunieron el miércoles en Israel con el asesor de seguridad nacional de la vicepresidenta Kamala Harris, Phil Gordon. Algunas de las familias, según Chen, presionaron a Gordon sobre la idea de que el gobierno de Biden elaborara un acuerdo sobre los rehenes con Qatar -que ha servido de principal interlocutor en las negociaciones con Hamás- sin la participación inicial del gobierno israelí.
"A veces hay niños discutiendo y es necesario que participen adultos", dijo Chen. Gordon parecía receptivo, dijo.
Todavía hay siete hombres y una mujer estadounidenses desaparecidos desde que comenzó la guerra, según la Casa Blanca. Cuatro estadounidenses -una niña de cuatro años y tres mujeres- han sido liberados hasta ahora.
Cuando la guerra entra en su tercer mes, las familias de los estadounidenses desaparecidos se han convertido en una especie de sistema de apoyo mutuo. Tienen un grupo de chat de WhatsApp en el que comparten información sobre la guerra y los rehenes, y discuten los posibles pasos a seguir.
Las familias con las que habló CNN dijeron que aprecian el compromiso de la Casa Blanca con las familias hasta ahora, pero que la realidad de que ciudadanos estadounidenses siguen desaparecidos ha sido una píldora difícil de tragar.
"Como ciudadano estadounidense, me pregunto qué está haciendo mi gobierno". dijo Chen.
"Espero que el gobierno estadounidense traiga de vuelta a los ocho estadounidenses. Creo que es su deber", afirmó Haggai Liniado.
Las familias hablaron con el presidente Joe Biden a través de Zoom una semana después del ataque del 7 de octubre y, desde entonces, la Casa Blanca y la oficina del enviado de Biden para los rehenes, Roger Carstens, han mantenido un contacto constante, según las familias.
En su opinión, esto contrasta fuertemente con el mínimo acercamiento y apoyo que han recibido del gobierno israelí, que ha sido objeto de intensas críticas por parte de los rehenes liberados y sus familias. Las grabaciones de audio filtradas de una reunión entre los rehenes israelíes liberados, los familiares de los que siguen retenidos y el primer ministro Benjamin Netanyahu y su gabinete de guerra captaron esta semana su feroz ira y frustración.
El jueves pasado, las familias de los estadounidenses en paradero desconocido volvieron a hablar con el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan. El propio Sullivan describió después la conversación como "desgarradora".
Poco después de esa reunión con Sullivan, las cosas dieron un giro.
Durante siete días, Hamás había estado liberando cada día a un pequeño grupo de mujeres y niños israelíes como rehenes, como parte de un acuerdo con Israel para detener temporalmente los combates. Pero el séptimo día, después de que Hamás se negara a liberar a más mujeres secuestradas e Israel, a su vez, rechazara las exigencias de Hamás de pasar a la siguiente categoría de rehenes -los hombres-, la operación militar de Israel se reanudó rápidamente.
La interrupción de la liberación diaria de rehenes fue un duro golpe para las familias, algunas de las cuales habían empezado a albergar esperanzas de que sus seres queridos pudieran salir pronto.
Se cree que el hijo de Jon Polin, Hersh Goldberg-Polin, de 23 años, fue secuestrado en el festival de música Nova el 7 de octubre. Polin dijo a CNN que el fin de la tregua provocó una "diferencia de noche y día en toda nuestra forma de pensar".
"Pasamos del optimismo a un nivel de desesperación", dijo.
Las negociaciones formales sobre los rehenes que habían tenido lugar en Doha, Qatar, se disolvieron oficialmente la semana pasada. Altos funcionarios estadounidenses afirmaron que la administración sigue en estrecho contacto con sus homólogos israelíes, qataríes y egipcios sobre las formas de sacar a más rehenes, pero la aparente falta de avances en ese frente está alimentando la creciente ansiedad de las familias.
"Me gustaría oír más creatividad por parte de todos los implicados: la administración, los israelíes, Hamás, Qatar, Egipto", dijo Polin, aunque subrayó que no cuestiona la dedicación de la Casa Blanca a la misión y afirmó que ha recibido un "apoyo tremendo" de la administración. "Simplemente siento que no hay mucho que esté escuchando que sea pensamiento creativo".
Describiendo los últimos días como un "punto de inflexión", Chen dijo que la administración Biden debe "reevaluar algunos de los supuestos de trabajo que tiene EE.UU.".
Muchas de las familias han sido implacables en sus críticas a la Cruz Roja. A pesar de que el acuerdo de tregua estipulaba que se permitiría a los funcionarios de la Cruz Roja visitar a los rehenes en Gaza al final del cuarto día de la pausa en los combates, más de una semana después, eso aún no ha sucedido. En consecuencia, apenas se ha recibido nueva información sobre el paradero o las condiciones de los estadounidenses desaparecidos, ni siquiera sobre si algunos de ellos están vivos.
"La pregunta surgió en la llamada: ¿Qué podría hacer Estados Unidos para seguir presionando la actuación del CICR?". dijo Polin sobre la reunión de las familias con Sullivan la semana pasada. "Fue un punto de frustración para él".
A la pregunta de por qué la Cruz Roja no ha podido entrar aún en Gaza para comprobar el estado de los rehenes, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, declaró el miércoles a la CNN que "la culpa hay que echársela a Hamás".
"Hamás no ha permitido a la Cruz Roja entrar a visitar a los rehenes, como acordaron hacer. Y es inaceptable", dijo Kirby. "Si pudiéramos conseguir que la Cruz Roja tuviera acceso a ellos, no sólo tendrían una medida de consuelo -que es lo más importante, que alguien sepa dónde están y se preocupe por su estado-, sino que nos ayudaría a obtener alguna información".
Por ahora, Chen, Polin y Haggai Liniado se aferran a los últimos mensajes de WhatsApp que recibieron de sus hijos y padres antes de que todo se oscureciera.
El hijo de Chen, Itay, envió un mensaje de texto a las 6:45 de la mañana informando de que su base militar estaba siendo atacada con misiles. Los padres de Haggai Liniado le enviaron un mensaje para decirle que estaban tumbados boca abajo en los campos cercanos a su kibutz mientras veían volar cohetes sobre sus cabezas.
El hijo de Polin, Hersh, envió dos mensajes en rápida sucesión la mañana del ataque: "Te quiero". "Lo siento".
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Fuente: edition.cnn.com
