La respuesta a las preocupaciones sobre la salud mental del autor del tiroteo masivo de Maine fue razonable, según un informe, pero se recomiendan cambios
"Después de un análisis objetivo, el revisor concluyó que las respuestas de la Oficina del Sheriff del Condado de Sagadahoc a las preocupaciones sobre la salud mental del Sr. Card en mayo y septiembre de 2023 fueron razonables bajo la totalidad de las circunstancias", dice el informe de 97 páginas.
Card, de 40 años, también dejó 13 personas heridas cuando abrió fuego en los negocios de Lewiston el 25 de octubre. Fue encontrado muerto con una herida de bala autoinfligida días después, poniendo fin a una tensa persecución que dejó a la gente en las comunidades circundantes temerosos de salir de sus casas.
Robert Card
La CNN fue la primera en informar de que la policía local estaba al corriente de las inquietudes que suscitaba el comportamiento de Card y fue enviada a su domicilio en las semanas previas al tiroteo.
El informe sobre la respuesta a esas preocupaciones fue redactado por el abogado de Maine Michael A. Cunniff y publicado por la oficina del sheriff. Recomienda que la oficina del sheriff "mejore" su capacidad para responder a incidentes relacionados con la salud mental con un nuevo programa de enlace de salud mental y, potencialmente, un "equipo de respuesta de salud mental multijurisdiccional y multidisciplinar para superar las limitaciones de recursos y mejorar la eficiencia y la eficacia."
En un comunicado, Sagadahoc Sheriff Joel Merry dijo que el enfoque del departamento "sigue siendo apoyar a los que fueron heridos y las familias y amigos de los que murieron."
"Al mismo tiempo, es fundamental para nuestra agencia mirar objetivamente nuestras acciones y hacer cambios para ayudar a reducir el riesgo de que algo como esto vuelva a suceder", dijo Merry.
Preocupaciones planteadas por la familia de Card en mayo
El adjunto Chad Carleton y el sargento Aaron Skolfield fueron los principales responsables de la respuesta de la oficina a las preocupaciones sobre Card durante dos días en mayo y tres días en septiembre, según el informe.
Skolfield y Carleton "exploraron diligentemente la naturaleza y el alcance de las preocupaciones" sobre la salud mental de Card y "era razonable que llegaran a la conclusión" de que Card "no planteaba entonces un riesgo inminente de autolesión o de daño a terceros, que no había motivos suficientes para poner al Sr. Card bajo custodia protectora o para tomar otras medidas" como confiscar sus armas, afirma el informe.
Era "objetivamente razonable" dejar la vigilancia del bienestar de Card en manos de terceros, como sus familiares, prosigue el informe.
El hijo y la ex esposa de Card informaron a Carleton en mayo de que Card parecía oír voces, mostraba un comportamiento paranoico, tenía ataques de ira y tenía armas, pero no había hecho nada amenazador con ellas, según el informe.
"Carleton llegó a la conclusión razonable de que no estaba facultado para poner al Sr. Card bajo custodia preventiva, ya que no había motivos suficientes para concluir que el Sr. Card representaba un riesgo inminente de autolesión o daño a terceros", dice el informe. Carleton tampoco confiscó las armas de fuego de Card.
La familia de Card, incluido su hermano, "se opuso rotundamente a cualquier contacto directo" entre Card y Carleton por miedo a empeorar las cosas, dice el informe. Carleton pidió al hermano de Card que se pusiera en contacto con la oficina del sheriff si parecía suponer un peligro para sí mismo o para los demás.
Carleton también informó a los oficiales de la unidad de reserva del ejército de Card de las preocupaciones de la familia y un capitán de la unidad dijo a Carleton que "empezarían a buscar opciones para conseguir ayuda (para Card)", dice el informe.
Carleton "actuó con diligencia para obtener garantías de terceros (es decir, familiares y personal de la Reserva del Ejército) de que el Sr. Card sería orientado hacia una evaluación y tratamiento psiquiátricos", según el informe.
Según el informe, en virtud de la legislación de Maine, Carleton no podía acogerse a las disposiciones sobre confiscación de armas peligrosas. Aunque Card parecía padecer una enfermedad mental, Carleton no tenía motivos fundados para creer que Card pudiera hacerse daño a sí mismo o a otros, tal y como se define en el estatuto de custodia protectora.
"La ley de Maine prevé un proceso para retirar las armas peligrosas a un enfermo mental que se encuentre bajo custodia protectora y haya sido sometido a una evaluación psiquiátrica, avalada por un juez, que indique que existe un potencial realista de autolesión inminente o de daño inminente a otros, así como otras consideraciones de seguridad", según el informe.
Surgen más preocupaciones
Card había empezado a oír voces insultantes en primavera que habían ido empeorando, según el informe.
El 15 de julio estaba tomando cerveza en West Point con unos soldados cuando acusó a los tres de llamarle pedófilo y acabó empujando a un soldado y diciendo que "él se encargaría", según una carta compartida por la oficina del sheriff.
Card fue trasladado a un hospital psiquiátrico, donde pasó dos semanas antes de ser dado de alta, dice la carta.
En julio, el Ejército de EE.UU. dijo que Card "no debería tener un arma, manejar munición y no participar en actividades con fuego real", después de que se le viera "comportarse de forma errática" y se le enviara a una evaluación a un hospital del Ejército, dijo la portavoz del Ejército, la teniente coronel Ruth Castro.
Luego hubo otro incidente.
Card y un soldado volvían a casa en coche desde un casino cuando él empezó de nuevo a hablar de que la gente le llamaba pedófilo, según una declaración a la oficina del sheriff del condado de Sagadahoc. Durante este encuentro, el soldado empezó a preocuparse de que pudiera "estallar y cometer un tiroteo masivo", según informó inicialmente la CNN en octubre.
El Ejército pidió entonces a las autoridades locales que investigaran a Card, un reservista.
La oficina del sheriff intentó ponerse en contacto con Card el 16 de septiembre, menos de seis semanas antes de la masacre. Skolfield pidió refuerzos, intentó sin éxito hablar con Card y luego recibió detalles inquietantes del Ejército y de la familia de Card.
Durante los tres días de septiembre en que los ayudantes del sheriff respondieron a las preocupaciones, Skolfield no consiguió que se realizara una evaluación psiquiátrica voluntaria de Card. Pero "actuó con diligencia al animar a Ryan Card, hermano del Sr. Card, a que lo hiciera y al ofrecer la ayuda de la oficina del sheriff del condado de Sagadahoc en ese sentido", dice el informe.
Skolfield no tenía motivos suficientes para poner a Card bajo custodia preventiva, "lo que también excluía su discreción para iniciar el proceso de confiscación de las armas de fuego del Sr. Card", según el informe.
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Fuente: edition.cnn.com
