La familia de un joven de 19 años que murió en el congelador de un hotel de Chicago llega a un acuerdo por 10 millones de dólares.
El cuerpo de la joven fue encontrado en el congelador en septiembre de 2017 después de que asistiera a una fiesta en el hotel Crowne Plaza Chicago O'Hare. Después de revisar horas de video de vigilancia y entrevistar a los asistentes a la fiesta, las autoridades dijeron en ese momento que su muerte fue accidental y que no había razón para sospechar de juego sucio.
Una copia de la orden de conciliación presentada el martes ante el Tribunal de Circuito del Condado de Cook indica que la madre de Jenkins, Tereasa Martin, recibirá aproximadamente 3,7 millones de dólares, mientras que otras partes del acuerdo se destinarán al pago de honorarios de abogados, costes funerarios y otros gastos.
Otros dos miembros de la familia también recibirán un total combinado de 2,7 millones de dólares del fondo del acuerdo.
Un médico forense dictaminó en 2017 que la muerte de Jenkins fue accidental, causada por hipotermia y "exposición al frío en un congelador", así como por "intoxicación por etanol y topiramato."
El topiramato se prescribe para una serie de afecciones, pero se utiliza más comúnmente para tratar la epilepsia y las migrañas. La familia de Jenkins declaró que no le habían recetado el fármaco, según la Oficina del Médico Forense del Condado de Cook. También tenía niveles de alcohol en sangre superiores al límite legal para conducir.
Las autoridades publicaron un vídeo de vigilancia en 2017 que mostraba a Jenkins tambaleándose por los pasillos del hotel antes de desaparecer. Se la ve saliendo de un ascensor pasadas las 3 de la madrugada, sola y visiblemente afectada. Minutos después, se la ve entrando en una cocina, según ha informado previamente la CNN.
Las imágenes no la muestran entrando en la nevera y el congelador, donde fue encontrada casi 24 horas después, porque ninguna cámara muestra directamente las puertas.
Además de los propietarios del hotel, la familia de Jenkins ha denunciado al contratista de seguridad del hotel y al restaurante que gestionaba el espacio donde Jenkins fue encontrada muerta, alegando que no hicieron lo suficiente para encontrar a la joven tras su desaparición.
Ninguno de los demandados admitió haber actuado mal como parte del acuerdo, que según la presentación judicial fue el resultado de tres mediaciones distintas.
La CNN se puso en contacto el jueves con los abogados de los demandantes y los acusados para pedirles comentarios, pero no recibió respuesta inmediata.
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Fuente: edition.cnn.com