La comunidad mundial negocia medidas contra los residuos plásticos
Un acuerdo vinculante a escala mundial podría reducir drásticamente los residuos plásticos y minimizar así los efectos nocivos para el medio ambiente y la salud humana. Este lunes comenzará en Nairobi, capital de Kenia, la tercera ronda de negociaciones entre representantes de los Estados miembros de la ONU para ultimar los detalles de dicho acuerdo.
¿Cuál es el problema?
Ya sean materiales de envasado o de construcción, bienes de consumo o aditivos cosméticos: Los plásticos diversos, también conocidos coloquialmente como plásticos, forman parte omnipresente de la vida moderna y su producción se ha multiplicado en las últimas décadas. Según la asociación de productores de plásticos Plastics Europe, en 2022 se produjeron 400,3 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, el doble que en 2002. Más del 90% se fabricó con materiales derivados del petróleo, aunque ha aumentado la proporción de materias primas de origen biológico y recicladas.
La mayor preocupación es el ciclo de vida del plástico, ya que, una vez producido, tarda siglos en volver a descomponerse. Según los científicos, el 76% de todos los residuos plásticos producidos entre 1950 y 2018 se eliminaron en vertederos o en el medio ambiente. Se calcula que entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de residuos plásticos acaban cada año en los océanos. Allí dañan los ecosistemas, ya sea en forma de partículas diminutas -conocidas como microplásticos- o por la liberación de sustancias químicas tóxicas. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la contaminación mundial por plásticos podría reducirse en un 80% de aquí a 2040.
¿Qué hacer contra la contaminación por plásticos?
En marzo de 2022, representantes de más de 170 países decidieron en las Naciones Unidas esforzarse por alcanzar un acuerdo para hacer frente al plástico. Su objetivo es definir medidas vinculantes para todo el ciclo de vida de los plásticos: desde las cantidades en que se producen los distintos materiales hasta el diseño de los productos de plástico y la eliminación y el reciclado de los residuos plásticos.
Tras las reuniones de Uruguay y Francia, la ronda de negociaciones de Kenia es la tercera de cinco. Se espera que una cumbre de Estados finalice el acuerdo a mediados de 2025. Pero aún queda mucho camino por recorrer.
¿Qué debe incluir el acuerdo?
Los negociadores insisten en que no se trata de demonizar o prohibir el plástico. Más bien, el acuerdo debería determinar si es necesario restringir la producción de diversos plásticos y en qué medida, así como los medios para lograrlo. El acuerdo también debería regular el uso de componentes químicos especialmente nocivos. También se ocupa de la gestión de los residuos plásticos tanto en cada país como a través de las fronteras nacionales, así como de la recogida y reutilización de materiales reciclables. También hay que aclarar los mecanismos de financiación y rendición de cuentas.
¿Cuáles son los puntos conflictivos?
Muchas cuestiones fundamentales siguen sin respuesta, como qué abarca realmente el ámbito de aplicación del acuerdo, ya que el término coloquial plástico abarca muchos tipos diferentes de plástico. Hay desacuerdo, por ejemplo, sobre la cuestión de los objetivos jurídicamente vinculantes y sobre si se limitará la producción y en qué medida. Los países ricos en petróleo, en particular, quieren centrarse en los procesos de reciclado más que en las restricciones a la producción. Los países en desarrollo y emergentes esperan que los países industrializados les ayuden a hacer frente a los costes. Queda por ver cómo será esto exactamente y hasta qué punto se pedirá al sector privado que asuma los costes.
¿Qué quieren las organizaciones ecologistas?
El WWF calificó la ronda de negociaciones de Kenia de decisiva para fijar el rumbo de las normas vinculantes. "Confiar en medidas individuales nacionales o voluntarias ha llevado al callejón sin salida de un sistema injusto. Con normas globales que hagan más responsables a los contaminadores, podemos crear una cadena de valor más justa para el plástico y también reducir la carga sobre el medio ambiente", dijo la experta en plásticos Laura Griestop, de WWF Alemania. Esto es especialmente importante para los países más pobres, que pagan un precio especialmente alto por el impacto de los residuos plásticos". Greenpeace pide que la producción de nuevos plásticos se reduzca al menos un 75% para 2040 y que se elimine el plástico de un solo uso. También debería producirse una transición socialmente justa hacia una economía respetuosa con el clima basada en la reutilización.
¿Qué quieren los representantes de la industria?
Los fabricantes son reacios a que se restrinja la producción y, en cambio, insisten en el papel del reciclado. El grupo de interés Plastics Europe, por ejemplo, reclama la expansión de los sistemas de reciclaje de residuos en todo el mundo, así como requisitos vinculantes para el uso de materiales reciclados y para productos reparables y reciclables. Los fabricantes deberían contribuir económicamente a la eliminación de residuos. "Es crucial aprovechar todas las posibilidades de producir plásticos a partir de materias primas no fósiles y reciclarlos sistemáticamente al final de su vida útil", exigió Wolfgang Große Entrup, Director General de la Asociación Alemana de la Industria Química (VCI).
¿Qué dicen los científicos?
Muchos investigadores esperan que el acuerdo conduzca a un replanteamiento global del enfoque de los plásticos, como se desprende de una serie de declaraciones publicadas por el Centro Helmholtz Hereon sobre las negociaciones del acuerdo. Melanie Bergmann, del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina, aboga, por ejemplo, por limitar la producción de plástico a lo absolutamente necesario y a sustancias químicas inocuas de eficacia probada. Además, los efectos sobre el medio ambiente y la salud deberían tenerse ya en cuenta en los precios.
Fuente: www.dpa.com