La Casa Blanca agita a sus aliados con importantes concesiones fronterizas en su carrera por conseguir un acuerdo de ayuda a Ucrania
Se trata de un duro momento que une algunos de los problemas políticos más acuciantes de Biden y de los demócratas. El presidente se ha enfrentado a oleadas de inmigrantes en la frontera entre Estados Unidos y México en múltiples ocasiones a lo largo de su mandato, así como a una migración sin precedentes en todo el hemisferio occidental, mientras que las guerras en Ucrania y Gaza han constituido los principales retos de política exterior de su presidencia en vísperas de un año electoral.
Recién llegado de la visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a Washington esta semana, Biden volvió a señalar que estaba abierto a cambios en la política fronteriza a cambio de ayuda para Ucrania, colocando firmemente una de las cuestiones políticas más delicadas para esta Casa Blanca en el centro de su agenda de política exterior y, a su vez, colocando a los demócratas en la incómoda posición de apoyar políticas que antes criticaban.
"Definitivamente, los demócratas están en una encrucijada porque realmente les gustaría mover la ayuda a Ucrania lo antes posible, pero los republicanos han dejado muy claro que no moverán el paquete sin seguridad fronteriza", dijo Kerri Talbot, directora ejecutiva de Immigration Hub.
"Es triste que estén considerando propuestas tan horribles", dijo Talbot.
Las concesiones presentadas por la administración en los últimos días son, en algunos casos, una extensión de las discusiones privadas mantenidas en la Casa Blanca durante la presidencia de Biden, que recibieron el rechazo de los defensores de los inmigrantes, dijeron fuentes a CNN.
Una de ellas incluía la propuesta de un tercer país seguro que prohibiría la entrada a los solicitantes de asilo que pasaran por otros países. Esa idea fue finalmente desechada y parece que ya no forma parte de las actuales conversaciones sobre la frontera.
Durante mucho tiempo, los funcionarios de la Casa Blanca también se apoyaron en una medida pandémica conocida como Título 42 para devolver rápidamente a los inmigrantes detenidos en la frontera y, finalmente, ampliaron su uso. La Casa Blanca ha apoyado una autoridad de expulsión como parte de las actuales negociaciones fronterizas que probablemente tendría el mismo efecto que el Título 42. Según una fuente, uno de los factores que se barajan para hacer uso de la autoridad depende del número de detenciones en la frontera, lo que pondría en marcha las expulsiones.
La Casa Blanca también está dispuesta a elevar el nivel de temor creíble para los solicitantes de asilo, aumentar las deportaciones y ampliar la detención, según las fuentes. En conjunto, las propuestas supondrían un cambio significativo en la legislación sobre inmigración y supondrían importantes concesiones por parte de la Casa Blanca.
El senador Alex Padilla y la presidenta del Grupo Hispano del Congreso, Nanette Barragán, ambos demócratas de California, publicaron esta semana una declaración en la que rechazaban las propuestas republicanas en materia de inmigración e instaban a Biden a rechazarlas. Por su parte, el Caucus Hispano del Congreso celebró el miércoles una conferencia de prensa en la que rechazó algunas de las políticas de la Administración.
"Los republicanos siguen manteniendo como rehenes la financiación de los aliados de Estados Unidos a expensas de los migrantes y para aprobar las políticas fronterizas de la era Trump", dijo Barragán. "Los republicanos están enfrentando a grupos vulnerables para imponer políticas que exacerbarán el caos en la frontera sur. Estamos instando a la administración Biden a decir no. No piquen el anzuelo. Pedimos a nuestros colegas que mantengan la línea".
Para Biden, la política del momento es complicada. Aunque perder el apoyo de la base podría costarle en las urnas el próximo noviembre, no hacer nada también podría tener implicaciones amplias y duraderas. En las últimas semanas, las detenciones en la frontera se han disparado, un gran lastre, argumentan los republicanos, no sólo para el presidente, sino también para sus compañeros demócratas de cara a 2024.
"Es una oportunidad. Honestamente, si yo fuera el presidente, viendo mis números en esto, me gustaría hacer algo al respecto. De hecho, podría mejorar su posición", dijo el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, a principios de este mes.
Y los demócratas están tratando de defender su mayoría en el Senado, mientras los titulares se enfrentan a una avalancha de ataques en su país por la frontera.
"Biden sabe que si no reduce los flujos que son cuatro veces más de lo que vimos en la administración Trump, tiene un gran problema político. Y no me tome la palabra, tómele la palabra a los votantes de Montana", dijo el mes pasado el senador republicano Thom Tillis, de Carolina del Norte, refiriéndose a una carrera por el Senado muy disputada en el Estado del Tesoro.
Republicanos y demócratas llevan décadas en un punto muerto en materia de inmigración. Pero los contornos actuales de un acuerdo fronterizo son mucho más estrechos que los de las negociaciones pasadas, cuando una mayor financiación de la seguridad fronteriza solía ir acompañada de la legalización de los inmigrantes que ya vivían ilegalmente en Estados Unidos.
Los defensores de los inmigrantes están preocupados por el nuevo listón que las concesiones establecen para futuros acuerdos sobre inmigración.
"Este es el nuevo suelo de una negociación para cualquier legalización. El suelo son las políticas más extremas desde los años veinte. Si empezamos por ahí, ¿qué más se pedirá por un simple intercambio?", dijo Andrea Flores, vicepresidenta de política y campañas de inmigración de FWD.us.
"Me sorprende que algunos demócratas y la Casa Blanca hagan estas enormes concesiones en política sin obtener nada a cambio para los Dreamers, los beneficiarios de DACA, los titulares de visados, cualquier cosa", dijo el representante demócrata Joaquín Castro, de Texas.
Preguntado sobre la oposición demócrata que está surgiendo a algunas de las políticas que la Casa Blanca ha presentado en las conversaciones fronterizas, el senador Chris Murphy sostuvo que ambas partes van a tener que encontrarse en el medio.
"Creo que siempre ha estado claro que se van a necesitar muchos votos demócratas para aprobar esto, dado el número de republicanos que nunca van a votar a favor de la ayuda a Ucrania", dijo el demócrata de Connecticut.
"Creo que todos los presentes deben ser conscientes de que se van a necesitar tanto los votos demócratas como los republicanos. Hay un paquete que es demasiado atractivo para los demócratas. Hay un paquete que es demasiado débil para los republicanos. Esta es la razón por la que no hemos hecho la reforma migratoria", añadió Murphy.
El senador republicano John Cornyn, de Texas, argumentó que la oposición demócrata era una señal positiva en las conversaciones: "Significa que debemos estar haciendo algo bien".
Cornyn dijo "no" cuando se le preguntó si las propuestas presentadas por la Casa Blanca serían suficientes.
"Es un comienzo. Indica que por fin tenemos su atención, pero en última instancia esto lo tiene que decidir el presidente", dijo.
Uno de los principales puntos de fricción en las conversaciones fronterizas es la eliminación de la libertad condicional humanitaria, un mecanismo que permite a los inmigrantes vivir temporalmente en Estados Unidos en función de cada caso, según una fuente familiarizada con las conversaciones.
El gobierno de Biden ha recurrido a la llamada "libertad condicional humanitaria" en situaciones de urgencia, por ejemplo para admitir a afganos tras la retirada estadounidense de Afganistán y a ucranianos tras la invasión rusa. En otras ocasiones, la administración ha utilizado la autoridad para permitir a inmigrantes de países designados vivir y trabajar temporalmente en EE.UU. como forma de intentar mitigar las oleadas en la frontera entre EE.UU. y México.
Pero los republicanos sostienen que la administración está utilizando la autoridad de forma demasiado amplia y están tratando de frenar su uso. No está claro qué pueden aceptar los demócratas cuando se trata de cambiar cómo se utiliza la autoridad de libertad condicional, en parte porque es un componente clave de la estrategia fronteriza de la administración.
"Sería un terrible error vincular la financiación y la política de fronteras a la financiación de dos guerras", dijo Castro. "La cuestión de la inmigración y la seguridad fronteriza es una cuestión que debería negociarse por sí misma, no como condición ni vinculada a la financiación de la ayuda exterior".
Los legisladores están divididos sobre si el Senado debe permanecer en sesión y tratar de seguir adelante con un paquete fronterizo, con los negociadores dando señales de progreso y Cornyn diciendo que "es poco probable" que la propuesta pueda unirse antes de fin de año.
El senador republicano John Thune también dijo que "me parece poco probable" que los senadores permanezcan en Washington más allá de esta semana.
Pero algunos de los negociadores del Senado afirman que se han producido avances significativos que justifican la permanencia en Washington incluso hasta la próxima semana.
A la pregunta de si permanecerán en sesión la próxima semana, Tillis respondió: "Espero que sí. Espero que estemos aquí. Espero que estemos negociando, porque tenemos que conseguirlo. Tenemos que hacer todo - de lo contrario empujamos todo a la derecha. Tenemos la oportunidad de poner al Senado de acuerdo, enviar algo a la Cámara y que se pongan a ello cuando vuelvan".
Al parecer, los miembros de la Cámara de Representantes abandonarán Washington el jueves para pasar el resto de las vacaciones.
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Fuente: edition.cnn.com
