El Gobierno federal gana a los Estados federados en la cuestión de la herencia de la RDA
Durante la privatización de las antiguas empresas de la RDA, se decide que los gobiernos federal y estatales deben asumir la responsabilidad del legado ecológico de estas empresas. Debido a los elevados costes, se inicia una disputa por la financiación. Ahora decide Karlsruhe.
El Gobierno federal puede respirar aliviado en el litigio de financiación ante el Tribunal Constitucional Federal entre el Gobierno federal y los Estados federados de Sajonia y Turingia por los costes de limpieza de los daños ecológicos causados por las antiguas empresas estatales de la RDA. El Gobierno federal no tiene que pagar más de lo acordado por el saneamiento de los terrenos ecológicamente contaminados de la RDA en Sajonia y Turingia. El Tribunal Constitucional Federal de Karlsruhe rechazó las solicitudes de ambos Estados por inadmisibles. En consecuencia, los dos Estados federados no demostraron que el Gobierno federal estuviera constitucionalmente obligado a sufragar los costes futuros.
El trasfondo son los acuerdos celebrados en el curso de la reunificación. Las antiguas empresas estatales de la RDA fueron transferidas al Treuhandanstalt, de propiedad federal, y privatizadas por este último. En muchos casos, el Treuhand acordó con los inversores indemnizarles por los daños medioambientales que esas empresas habían causado anteriormente.
En 1992, el Gobierno federal y los Estados federados de Alemania Oriental concluyeron un acuerdo que regulaba la financiación del legado medioambiental. Según el comunicado de prensa, este acuerdo prevé, entre otras cosas, un reparto de los costes de indemnización de los lugares ecológicamente contaminados entre el Treuhand (60% o 75%) y el Estado respectivo (40% o 25%).
La rehabilitación es más cara de lo previsto
Como consecuencia de las dificultades prácticas de aplicación, algunos estados celebraron acuerdos generales con el Treuhand -Turingia en 1999 y Sajonia en 2008- que determinaban en gran medida cuánto tendría que pagar el gobierno federal. Los acuerdos también estipulaban que, en determinados casos y en caso de que los costes fueran más elevados de lo previsto, habría que renegociar.
Sajonia y Turingia se dieron cuenta de que las renovaciones serían más caras de lo previsto. Sin embargo, el Ministerio Federal de Hacienda y la Agencia Inmobiliaria Federal no quisieron renegociar. Por ello, los dos Estados se dirigieron al Tribunal Constitucional.
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Fuente: www.ntv.de