EE.UU. anuncia normas más estrictas sobre el metano
En la conferencia sobre el clima de Dubai, Estados Unidos declara que fijará objetivos más estrictos para las emisiones de metano en el futuro. La concentración de este gas de efecto invernadero en la atmósfera aumenta ahora más rápidamente que la del dióxido de carbono. Para frenar el calentamiento global, también hay que reducir las emisiones de metano.
En la lucha contra el calentamiento global, Estados Unidos quiere impulsar la reducción de las emisiones de metano, perjudicial para el clima. En la conferencia sobre el clima celebrada este fin de semana en Dubai, representantes del Gobierno estadounidense anunciaron nuevas normas que obligarán a los productores de petróleo y gas a cerrar las fugas de metano. Alemania y la UE ya van un paso por delante.
El metano se escapa durante la extracción de carbón, petróleo y gas natural, entre otras cosas, pero también se produce en los estómagos de vacas y ovejas y en los vertederos. La concentración de metano aumenta más rápidamente que la del gas de efecto invernadero más importante, el dióxido de carbono. Según la Organización Meteorológica Mundial, actualmente es más de 2,5 veces mayor que antes de la revolución industrial. Al mismo tiempo, el metano puede reducirse a menudo de forma más rentable que el dióxido de carbono.
La UE y EE.UU. iniciaron un acuerdo internacional al respecto en la conferencia sobre el clima de hace dos años, el Compromiso Global sobre el Metano (GMP), al que ya se han sumado más de 150 países. Éstos emiten algo más de la mitad del metano producido por el hombre. Sin embargo, China, India y Rusia faltan en la lista. A principios de semana se celebrará en Dubai una reunión de la alianza del metano, en la que se esperan nuevas iniciativas.
"Sin duda es valioso contar con este enfoque internacional específico para reducir el metano, dado su importante papel en el calentamiento global", afirma Bill Hare, director de la organización Climate Analytics.
Se prevé una reducción del metano del 30
Los países miembros del Pacto del Metano quieren reducir sus emisiones al menos un 30% entre 2020 y 2030; si no se hace nada, aumentarán hasta un 13% en todo el mundo, según la iniciativa. El acuerdo tiene el potencial de reducir el calentamiento global en al menos 0,2 grados para 2050. Sin embargo, según Hare, no es suficiente para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Esto requeriría una reducción global del 34% para 2030.
China presentó recientemente su propio plan de reducción del metano, de 14 páginas. No contiene cifras ni datos concretos sobre la reducción global y sí muchos objetivos individuales, en su mayoría inespecíficos; por ejemplo, hay que aprovechar más el metano que se escapa de las minas de carbón.
El Parlamento Europeo y los Estados miembros también acordaron a mediados de noviembre endurecer las normas para las industrias del petróleo, el gas y el carbón, con calendarios claros. También en este caso, los operadores de plantas de petróleo y gas deberán buscar periódicamente fugas importantes de metano y repararlas. En muchos lugares se prohibirá la quema de metano.
Un buen planteamiento, pero sólo cuenta su aplicación
"En general, el Compromiso Global contra el Metano ha conseguido llamar la atención sobre el problema", afirma Thea Uhlich, portavoz de clima de la organización Germanwatch. De hecho, en una carta conjunta, EE.UU. y la UE hacen referencia a muchas nuevas iniciativas internacionales y financiación, incluso de fundaciones privadas. 50 países están elaborando un plan nacional sobre el metano.
"En última instancia, por supuesto, lo que cuenta es si el PGE conduce a reducciones reales de metano que no se habrían producido sin él", dice Uhlich. Aún faltan datos para evaluar su éxito.
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la UE ya ha reducido sus emisiones de metano en un 36% entre 1990 y 2020. Esto se consiguió principalmente en los sectores de la energía y los residuos. Según la Agencia Federal de Medio Ambiente (UBA), Alemania llegó a reducir sus emisiones de metano en un 66% entre 1990 y 2022. Esto se debió principalmente a una drástica reducción de las emisiones en el mismo sector.
El fin de la minería de hulla es uno de los factores, pero no el único: se está extrayendo y aprovechando el gas de las minas y también se escapa menos gas de los vertederos. Según la UBA, aquí es decisiva la expansión de la economía circular, por ejemplo con la separación de residuos y el aprovechamiento del biogás.
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Fuente: www.ntv.de