Apenas ayuda para los niños heridos y traumatizados de la Franja de Gaza
Según un portavoz de la ONU, el dolor y la tristeza se sienten en cada esquina de la Franja de Gaza, devastada en gran parte por la guerra. James Elder, portavoz de la organización de ayuda a la infancia de la ONU, Unicef, informó de condiciones devastadoras. Habló con los periodistas en Ginebra desde la ciudad de Gaza. "Es incluso peor de lo que me temía", afirmó. "El dolor y la tristeza han echado raíces en Gaza".
Elder habló de un niño que había perdido a sus padres y a su hermano gemelo en un ataque. El niño hablaba con los ojos fuertemente cerrados sobre lo que le había ocurrido. Cuando le preguntaron por qué, un traductor le explicó que el chico tenía mucho miedo de olvidar cómo era su familia y mantenía los ojos cerrados para recordarlos.
Un niño al que una bomba arrancó una pierna tardó cuatro días en llegar al sur en autobús con su padre. El muñón estaba infectado. También tenía metralla en la cabeza y quemaduras por todo el cuerpo, y aún así tuvo que esperar horas para recibir ayuda en el hospital. Niños con heridas devastadoras yacían en el aparcamiento a las puertas de un hospital, donde los médicos intentaban salvarles la vida con pocos recursos.
Bebés con diarrea para la que no hay medicación
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las necesidades son mucho mayores de lo que el personal sanitario puede atender. En los campos de acogida hay bebés con diarrea para los que no hay medicación. Corren el riesgo de morir. Los enfermos crónicos ya no reciben su medicación, por ejemplo para cardiopatías u otras enfermedades.
Desde el alto el fuego, la OMS y sus socios han llevado más de 160 camiones de suministros a la Franja de Gaza. Se trata principalmente de suministros para tratar las numerosas heridas, pero también de medicamentos. "Es sólo un goteo, la necesidad es mucho mayor", dijo una portavoz de la OMS en Ginebra. La OMS y Unicef exigieron a Israel que detuviera los bombardeos de una vez por todas para poder atender a la población. "En realidad tenemos el instinto humano de proteger a los niños, pero me pregunto si lo hemos perdido", dijo Elder.
Fuente: www.dpa.com