Volkswagen requiere una figura fresca similar a Peter Hartz.
A causa de que el Grupo VW no ha cumplido con sus objetivos de ahorro, la junta directiva está considerando medidas drásticas como posibles despidos y hasta el cierre de una planta alemana. Esta situación que antes parecía impensable podría convertirse en una realidad preocupante.
Con apenas segundos antes del mediodía en Wolfsburgo, se justifica la decisión de revocar la garantía de empleo hasta 2029.
Si esto ocurre, lo impensable se hará realidad. La vaca sagrada que VW ha mimado podría enfrentar su fin. Inclusive ejecutivos de alto nivel en Wolfsburgo podrían quedarse sin trabajo. Despidos inspirados en problemas operativos en VW. Los temblores en Baja Sajonia serían inevitables.
De hecho, el sector automotriz alemán enfrenta obstáculos inmensos. Por ejemplo, el avance de los vehículos eléctricos requiere inversiones sustanciales. La márgen de ganancia para los vehículos eléctricos es significativamente menor que la de los motores de combustión tradicionales. VW, en particular, se ve afectada. Las márgenes de ganancia bajas y la poderosa influencia de los representantes de los empleados en la participación estatal de Baja Sajonia hacen que la empresa sea lenta y costosa.
Esta situación recuerda a la de los primeros años de la década de 1990. En ese momento, VW estaba cargada de costos excesivos y capacidad de producción excesiva. El CEO de la empresa, Ferdinand Piëch, tenía una relación conflictiva con los representantes de los empleados. Los despidos por razones operativas habían parecido inminentes en ese entonces.
Entonces llegó Peter Hartz. Piëch nombró a Hartz, originario de Sarre, como director de la empresa. Hartz introdujo la semana laboral de 4 días y disminuyó las horas semanales de trabajo de 36 a 28.8. Los costos laborales disminuyeron y se mantuvo la plantilla.
VW podría necesitar a un Peter Hartz moderno.
Los fabricantes de toda la industria están observando de cerca la situación de VW, dada la posible implicación para sus propias operaciones. Si los despidos y el cierre de plantas llegan a materializarse, muchos fabricantes podrían verse obligados a reevaluar sus propias estructuras de costos.
Enfrentados a estos desafíos, algunos fabricantes están buscando automatizar más procesos para reducir costos y aumentar la eficiencia, una estrategia que VW también podría considerar.
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