Trump y sus aliados amenazan con represalias contra la prensa. Sus amenazadoras palabras no deben ser ignoradas
El cuatro veces acusado y dos veces destituido expresidente Donald Trump, que admitió el martes que gobernará como un "dictador" desde el "primer día" si vuelve a ganar el cargo, está prometiendo abiertamente convertir el gobierno en un arma y buscar represalias contra los medios de comunicación, sin mostrar ningún respeto por las protecciones de la Primera Enmienda concedidas al Cuarto Poder.
La alarmante retórica contra los periodistas de la nación, a los que Trump se ha referido de forma constante e insidiosa como el "enemigo del pueblo", también ha encontrado eco entre sus principales aliados, lo que indica que las promesas de venganza no son los desvaríos de un loco, sino el curso de acción previsto en caso de que el favorito presidencial republicano consiga hacerse de nuevo con el poder.
En una conversación especialmente inquietante esta semana, el que fuera principal estratega político de Trump, Steve Bannon, y el ex asesor del Consejo de Seguridad Nacional, Kash Patel, hablaron abiertamente de planes para atacar a la prensa. Bannon, que subrayó que tales promesas "no son sólo retórica" y que van "absolutamente en serio" en la búsqueda de venganza contra los periodistas, preguntó a Patel, que probablemente serviría en una segunda administración de Trump, si podía "entregar las mercancías." Patel respondió afirmativamente, prometiendo que un Trump con nuevos poderes "iría a por" la prensa.
Bannon no respondió a las solicitudes de comentarios el miércoles y un portavoz de Patel afirmó que sólo se refería a atacar a los periodistas "que violan la ley." Independientemente, el propio Trump ha dicho que va a apuntar a las organizaciones de noticias, incluyendo más recientemente arremetiendo contra Comcast sobre la cobertura de NBCU News Group sobre él, diciendo que la compañía debe ser "investigada."
"Digo abiertamente y con orgullo que cuando GANE la Presidencia de Estados Unidos, ellos y otros medios de comunicación de mala muerte serán investigados a fondo por su cobertura a sabiendas deshonesta y corrupta de personas, cosas y acontecimientos", declaró Trump en septiembre, añadiendo que cree que la prensa "debería pagar un alto precio" por supuestamente perjudicar al país.
La campaña del presidente Joe Biden denunció el miércoles el veneno contra la prensa que Trump y sus aliados están inyectando en el discurso público.
"Donald Trump y su cábala de secuaces copos de nieve nos están diciendo lo que harán si consiguen el poder. El plan aparentemente incluye pisotear los principios fundamentales del discurso de la Primera Enmienda encerrando y castigando a los periodistas por simplemente hacer su trabajo", me dijo Ammar Moussa, portavoz de la campaña de Biden, en un comunicado. "Las elecciones de 2020 y las de mitad de mandato del año pasado dejaron claro que el pueblo estadounidense no aceptará este tipo de ataques abiertos y existenciales contra nuestra democracia."
Pero la realidad es que Trump podría ser elegido de nuevo. Y su atroz retórica añade aún más pruebas a la ya de por sí montaña de ejemplos que señalan que aspira a comportarse como un autoritario, en caso de que consiga hacerse con la Casa Blanca en 2024, dijo Ruth Ben-Ghiat, profesora de Historia de la Universidad de Nueva York que se centra en el autoritarismo y el retroceso democrático.
"Todos los autócratas consideran a la prensa libre su enemigo, y utilizan el acoso legal, el encarcelamiento y otros métodos para silenciar a los periodistas", me dijo Ben-Ghiat. "Trump, Patel y otros ya han demandado a la CNN y a muchos otros medios de comunicación por difamación, y al hacerlo están en línea con los autoritarios que utilizan las demandas para agotar financiera y psicológicamente a los periodistas y a los medios de comunicación."
Ben-Ghiat añadió que tales amenazas públicas "son también intentos de conseguir que los medios de comunicación se autocensuren". Subrayó que "los entornos mediáticos autocráticos dependen no sólo de la difusión de temas de conversación favorables al líder, sino también del silencio sobre cualquier cosa que el autócrata no quiera que el público sepa".
Floyd Abrams, el famoso abogado de la Primera Enmienda, me dijo que cree que "un segundo mandato de Trump amenazaría gravemente la libertad de prensa" y esbozó una serie de acciones potenciales que podrían tomarse para tomar represalias contra los medios de comunicación. Abrams dijo que una segunda administración Trump podría presentar posibles casos de la Ley de Espionaje contra medios de comunicación por la publicación de deliberaciones internas sobre acciones del Gobierno; derogar las directrices del Departamento de Justicia que prohíben las citaciones para cazar a los filtradores; y adoptar posturas contrarias a la prensa en el Tribunal Supremo de EE.UU., entre otras cosas.
Ted Boutrous, otro abogado de la Primera Enmienda, dijo que los comentarios de Patel eran "repugnantes", "fundamentalmente antiestadounidenses" y describían acciones "que pretenden clavar una daga en el corazón de la Primera Enmienda". Pero Boutrous subrayó que la retórica expuesta al público "debe tomarse en serio, dadas las atroces acciones del Sr. Trump y su personal cuando Trump estaba en el cargo."
Los grupos de defensa de la libertad de prensa también se pronunciaron el miércoles contra el fervor antiprensa que recorre el ala del Partido Republicano dominada por MAGA.
"Este tipo de retórica incendiaria no tiene cabida en la democracia estadounidense", me dijo Katherine Jacobsen, que dirige los asuntos estadounidenses del Comité para la Protección de los Periodistas. "Las amenazas matonescas de 'ir a por' miembros de los medios de comunicación en represalia por su trabajo cubriendo las elecciones es increíblemente preocupante, y crea una estructura de permiso para la violencia contra los periodistas."
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Fuente: edition.cnn.com
