¿Se encontrará una solución al conflicto financiero sobre el billete D?
Una vez más, el Deutschlandticket se ha quedado sin dinero. Millones de pasajeros utilizan ya la tarjeta de viaje de 49 euros, válida para autobuses y trenes de toda Alemania, sin complicadas zonas tarifarias y más barata que los billetes mensuales normales.
Sin embargo, por muy innovadora que sea la oferta nacional para el sistema de transporte público local, organizado por lo demás regionalmente, las constantes disputas por la financiación entre el Gobierno federal y los gobiernos de los Estados federados forman parte de ella. El lunes, los primeros ministros quieren hablar con el canciller Olaf Scholz (SPD) sobre nuevos compromisos para 2024.
¿Qué está en juego exactamente?
Los Estados federados exigen a Berlín garantías adicionales de que el billete D seguirá estando garantizado aunque aumenten los costes. Tras un acuerdo a finales de 2022, está claro que los gobiernos federal y de los estados federados aportarán cada uno 1.500 millones de euros este año y el próximo para compensar a las empresas de transporte por la pérdida de ingresos causada por el billete más barato. El punto de fricción, sin embargo, es cualquier coste adicional más allá de esto. Sólo se ha acordado que los Gobiernos federal y de los Estados federados sufraguen cada uno la mitad de estos costes para el año introductorio 2023. Los Estados federados también lo quieren para 2024.
¿Qué dice el gobierno federal?
El gobierno federal se remite a los acuerdos ya alcanzados y amortigua las expectativas. Como "cuna" del billete, ha aceptado compartir los costes adicionales de forma puntual, según aclaró el viernes el portavoz del Gobierno, Steffen Hebestreit. En las condiciones presupuestarias del Gobierno federal, considera que "no es del todo sencillo" hacerlo permanente. El ministro de Transportes, Volker Wissing (FDP), señaló que aún no había cálculos precisos de los costes adicionales. Sólo después del pleno del año que viene sería posible evaluar realmente la necesidad. Por eso, los Gobiernos federal y de los Estados federados no tienen previsto hablar de más financiación hasta finales de 2024.
¿Y los costes adicionales?
Ya existe una previsión de la Asociación de Empresas de Transporte. Según ésta, las pérdidas para el sector este año por el lanzamiento del billete no ascenderán a 2.300 millones de euros hasta el próximo mes de mayo, y a 4.100 millones de euros para todo el año 2024. Con dos veces tres mil millones de euros en subvenciones públicas para 2023 y 2024, el resultado final sería un déficit de financiación de 400 millones de euros.
¿Hay señales de compromiso?
Está claro que los Estados federados quieren poner sus ideas sobre la mesa, pero sobre todo en lo que respecta a la financiación urgente de los costes de los refugiados, junto a otras peticiones. El ministro presidente de Baja Sajonia, Stephan Weil (SPD), ya se ha mostrado optimista: "Deberíamos poder llegar a un acuerdo para 2024. Bastaría con transferir los fondos restantes al año siguiente", declaró a la Agencia Alemana de Prensa.
Para los años a partir de 2025, Weil también espera una señal de que los costes adicionales se repartirán a partes iguales. La presidenta del Partido Verde, Ricarda Lang, también pidió compromisos: "Poner fin a este exitoso proyecto simplemente no sería comunicable y costaría mucha confianza". Por ello, el Gobierno federal y los gobiernos de los estados federados están llamados a trabajar juntos para encontrar una solución para la futura financiación; todos deben aportar su contribución", declaró a dpa.
¿Y qué pasará ahora con el billete?
Los Estados federados ya han advertido de que la oferta podría cancelarse. Sin un compromiso rápido del Gobierno federal, la continuación a partir de 2024 estaría "seriamente en peligro", advirtió la conferencia de ministros de Transporte a finales de septiembre. Los proveedores de autobuses y ferrocarriles necesitan seguridad de planificación para continuar el servicio. En principio, una respuesta financiera al aumento de los costes podría ser también una subida de precios en 2024. Al fin y al cabo, los 49 euros al mes son expresamente el "precio introductorio". Sin embargo, esto no sería popular. Los centros de asesoramiento al consumidor ya han advertido de que un aumento sólo seis meses después del lanzamiento sería "inaceptable".
Fuente: www.dpa.com