Lo que la gente está entendiendo mal esta semana: La "vibecesión

Esta semana, los editores del Oxford English Dictionary nombraron "rizz" palabra del año 2023 en parte por su "potencial como término de significado cultural duradero o que proporciona una instantánea de la historia social". Pero se equivocaron. La verdadera palabra que ofrece una imagen cultural de 2023 es "vibecession".

Acuñado por Kyla Scanlon, vibecession ha venido a significar algo así como "pesimismo generalizado sobre la economía independientemente de la economía en sí". Actualmente estamos en medio de una gran vibecesión.

Según una encuesta reciente del Pew Research Center, el 81% de los estadounidenses cree que la brecha entre ricos y pobres crecerá de aquí a 2050, a pesar de que (por fin) se está reduciendo. La confianza total del consumidor en EE.UU. es más baja ahora que en medio del bloqueo de Covid, y el 71% de los estadounidenses dicen que las condiciones económicas del país son "pobres" o "muy pobres", con un 38% de los encuestados que se decantan por "muy pobres".

En el mundo real, el desempleo ronda el 3,5%, frente al 14,7% durante el bloqueo. La renta media de los hogares estadounidenses ha pasado de un mínimo pandémico de 65.100 dólares anuales a 74.600 dólares. Esta cifra tampoco refleja que los "ricos sean cada vez más ricos". Está impulsado desde abajo: En 2022, las personas en la mitad inferior de la distribución de ingresos en EE.UU. vieron aumentar sus ingresos un 4,5%, mientras que la tasa media para todos los estadounidenses fue del 1,2%. La tasa de inflación también ha descendido constantemente: Actualmente es del 3,24%, frente al 3,70% del mes pasado y el 7,75% del año pasado. El PIB aumentó un 2% en 2022 y un 5% el año anterior. A pesar del constante bombardeo de catastrofismo de las redes sociales, todos los principales indicadores económicos sugieren que las cosas van bastante bien.

Estados Unidos añora los buenos tiempos de 1973

Al investigar la vibrecesión, un dato me llamó la atención: el 58% de los estadounidenses dice que la vida para "gente como ellos" es peor hoy que hace 50 años, en 1973, un año que fue mucho peor para mucha más gente que 2023 en casi todos los aspectos que se pueden medir.

Para fomentar tanto el realismo como el optimismo, he aquí las cifras concretas de la mierda de 1973:

En 1973, más de la mitad de la población vivía en autocracias, frente al 13% actual. Casi el 60% de los seres humanos viven hoy en democracias, frente al 25% de principios de los 70. Aproximadamente la mitad de la población mundial vivía en condiciones de extrema pobreza en 1973, frente a cerca del 8% en 2023. Un total de 988.892 personas murieron en la guerra entre 1970 y 1973, donde 394.375 murieron entre 2019 y 2022, los años más recientes de los que tenemos estadísticas completas.

En cuanto a la economía nacional, el desempleo era del 4,9% en 1973, frente al 3,5% actual. La economía crecía a un ritmo del 5,6% en 1973, frente al 9,2% en 2022. La inflación era del 8,7% en 1973, frente al 3,24% actual. El tipo de interés federal era del 8,74% en 1973, frente al 5,25% actual. Las mujeres ganaban unos 56,6 céntimos por dólar de salario masculino en 1973, frente a los 83,7 actuales.

En 1973 murieron 55.984 estadounidenses en accidentes de tráfico, frente a los 42.795 de 2022, y hayaproximadamente el triple de coches en las carreteras. En 1973 había más delitos de todo tipo. La gente vivía una media de 71 años en 1973, frente a los 79 de 2023. Un televisor de 20 pulgadas costaba unos 500 dólares en 1973 y probablemente podía captar tres canales borrosos. Ajustado a la inflación, cuesta unos 3.300 dólares. Un Chrysler LeBaron costaba 7.541 dólares en 1973 y podía durar unos 160.000 kilómetros. Eso es 52.255,56 dólares en dinero de hoy, para comprar un vehículo que se puede esperar conducir durante el doble de tiempo.

Cada año es un mal año

Podría seguir, pero ya me entiendes. Tampoco es que 1973 fuera un año especialmente terrible: las cosas empezaron a ir realmente mal en 1974, y siguieron yendo mal hasta principios de los 80, cuando el tipo de interés era de casi el 20% y el paro rozaba el 10%. En aquella época, estoy seguro de que la gente recordaba con nostalgia los "buenos tiempos" de 1936.

Esta falta de contexto histórico está en el corazón de la vibrecesión e ilustra su peligro. El progreso tangible se consigue intentando forzar el mundo real hacia el perfecto que imaginamos que podría existir, pero recordar mal el pasado y convencernos de que dejamos escapar una utopía hace lo contrario. Conduce al pesimismo, a la inacción y a la derrota. La gente también se alimenta de ese derrotismo: políticos que asustan a la gente para que vote por ellos, empresas que se benefician de vender comodidad a una población intranquila, compañías de medios sociales que monetizan la angustia, y mucho más. Pero creer en el doomerismo no solo es deprimente, sino que deshonra a las personas que dedicaron sus vidas a hacer que 2023 fuera un poco menos mierda que 1973. ¿Quién quiere pagar 52.000 dólares por un Chrysler LeBaron?