La tendencia son los restaurantes entre cuatro paredes
Cada vez más gente quiere comida para llevar. Esto es bueno para los restauradores y para los clientes. Algunos ahorran espacio y personal, manteniendo los precios constantes. Otros se benefician de la bajada del IVA en la comida para llevar.
Muchos clientes de McDonald's, Burger King y compañía habrán notado un cambio recientemente: Cada vez más cajas registradoras han desaparecido de las sucursales y en su lugar se han instalado cada vez más terminales digitales de pedido. Cada vez más asientos han dado paso a zonas de espera más amplias. Y todo por una razón: el comportamiento de la gente a la hora de pedir ha cambiado drásticamente, no sólo en Alemania, sino en casi todo el mundo.
Cada vez son más las personas que ya no toman sus pedidos en el propio restaurante, sino sobre la marcha, en casa o en la oficina. Esta tendencia se apoya también en datos exclusivos de los investigadores de mercado de Circana, que están a disposición de "Capital". Circana pregunta periódicamente a 800 clientes representativos qué han comprado para consumo inmediato. Según la encuesta, sólo el 35% de los visitantes consume ahora su comida rápida en restaurantes de comida rápida, frente al 40% antes del coronavirus. Hay que distinguir entre los restaurantes de comida rápida, como los puestos de kebab, los snacks asiáticos o las panaderías, y las cadenas clásicas de comida rápida, como McDonald's o Burger King, que suelen disponer de grandes zonas de asientos y garantizan que el 45% de los clientes sigan comiendo in situ en las sucursales.
No es una tendencia nueva
Aunque la tendencia en sí no es nueva, los datos ponen de relieve hasta qué punto Corona ha acelerado su desarrollo. "Socialmente, se ha pasado mucho a comer en casa", explica Jochen Pinsker, investigador de mercado de Circana. En este sentido, Alemania difiere incluso un poco de EE.UU., donde la tendencia es aún más notable en general. Mientras que los estadounidenses comen cada vez más en el coche o en la oficina, en Alemania se come claramente en casa. Comer en el coche nunca ha sido un gran problema en Alemania y trabajar desde casa ha cambiado el comportamiento a la hora de pedir en este país más que en EE.UU.. "La oficina como lugar de consumo no se ha beneficiado del coronavirus", afirma Pinsker. En cambio, la tendencia es a trabajar desde casa, en parte porque la alta inflación está llevando a medidas de recorte de gastos. En los restaurantes hay que pagar propinas y otros gastos por las bebidas que no se pueden consumir en casa.
Esto no es una desventaja para los restauradores; muchos incluso celebran expresamente la evolución. Al fin y al cabo, si los clientes comen fuera, pueden ahorrar espacio y personal manteniendo los precios constantes. Además, las comidas para llevar sólo están sujetas al 7% de IVA, mientras que las comidas in situ estarían (normalmente) sujetas al 19% de IVA si este tipo no se redujera actualmente.
Los operadores también están reaccionando gradualmente a esta evolución. Los primeros cambios evidentes son los terminales digitales de pedidos en las sucursales. Éstos surgieron durante el periodo del coronavirus, principalmente por razones de higiene. Sin embargo, Pinsker cree que los terminales probablemente se habrían introducido incluso sin la pandemia. Por una sencilla razón: "A la gente le encanta hacer pedidos digitales, sobre todo porque pueden hacerlo a su propio ritmo". Sin la presión de otros clientes detrás de ellos, sin cajeros impacientes - el pago también es más fácil y el tiempo de espera percibido es menor. Los terminales digitales han demostrado su valía. Y si no fueran tan caros, probablemente se utilizarían en todas partes.
Burger King parece reaccionar con más decisión a los cambios que McDonald's. Preguntado por "Capital", un portavoz de Burger King explicó que en la actualidad se están remodelando 200 sucursales, centrándose principalmente en "los procesos de pedido y cobro". La zona de pedidos se está separando físicamente de la de recogida, lo que optimizará los procesos. Burger King está estudiando la posibilidad de instalar dos carriles drive-in en los nuevos edificios.
El restaurante sigue siendo importante
McDonald's también avanza en una dirección similar, aunque la propia empresa no reconozca algunas de las tendencias descritas. McDonald's también está instalando cada vez más dos carriles drive-in, ampliando gradualmente su servicio de reparto y estableciendo las denominadas zonas pick-up para la comida para llevar. El interior de una sucursal se actualiza aproximadamente cada diez años, y actualmente se está digitalizando en particular. No obstante, el restaurante y su zona de restauración mantendrán su importancia, explica una portavoz. "No podemos confirmar, por ejemplo, que vayamos a reducir el tamaño total de la zona de comedor". Burger King informa de una situación similar. Ahora están notando "una alineación del comportamiento de uso con el periodo anterior a la corona", por lo que el restaurante sigue siendo importante.
Pinsker no quiere contradecir esto, pero señala la posición especial de las dos grandes cadenas de comida rápida. En comparación con el grupo más amplio de restaurantes de comida rápida -como los snack bar de pie o los puestos de kebab-, aquí hay más asientos, lo que atrae a una clientela diferente. Sin embargo, esto no cambia mucho los resultados básicos: "En general, los clientes de más edad comen fuera más a menudo. Los jóvenes, en cambio, recurren a Burger King o McDonald's". Ahora observa "que el grupo de edad intermedio come cada vez menos in situ en McDonald's o Burger King". Se trata sobre todo de jóvenes de entre 18 y 40 años.
Las principales megatendencias son responsables de ello, como el hecho de que la sociedad se haya vuelto más móvil. También influye el hecho de que cada vez hay más mujeres que trabajan, lo que significa que cada vez son más las que tienen que comer sobre la marcha a lo largo del día. Y por último, pero no por ello menos importante, está el aumento de hogares unipersonales: Cuantas menos personas viven en un hogar, más a menudo sus ocupantes comen fuera. Por eso, Pinsker no cree que el auge de la comida para llevar vaya a terminar por el momento.
Este artículo apareció por primera vez en Capital.de
Fuente: www.ntv.de