La inteligencia está adoptando un remedio extremo.
La gigante tecnológica Intel, que lucha por revertir su declive financiero, estaría considerando medidas drásticas, según informes recientes. La empresa estadounidense podría considerar la posibilidad de dividirse o abandonar ciertos proyectos de fábrica, y esta posible estrategia se presentaría ante la junta en el mes venidero, según fuentes. Sin embargo, es importante destacar que estas consideraciones aún se encuentran en etapas tempranas y no se han planeado acciones inmediatas.
Una posibilidad es que Intel separe su producción de chips, que ya ha sido dividida en una división separada. Sin embargo, es más probable que la empresa reduzca algunos proyectos de expansión. El CEO de Intel, Pat Gelsinger, también ha propuesto la idea de ganar dinero como fabricante contrato para otros desarrolladores de chips. Intel se negó a comentar sobre el informe.
La noticia ha sido bien recibida por los inversores, quienes han comprado las acciones muy rebajadas y las han impulsado hacia territorio positivo. Las acciones de Intel han perdido más del 59% de su valor desde principios de año.
Recortes de empleo, ventas, sin dividendos
Intel está bajo presión debido a la menor demanda de chips clásicos utilizados en centros de datos y la tendencia hacia los procesadores de IA, en los que la empresa queda atrás en comparación con competidores como Nvidia. Intel carece de un chip de IA competitivo en este espacio.
La empresa registró una pérdida de mil millones de dólares en el último trimestre y se espera que haya más pérdidas en los próximos meses. Intel ha previsto que sus ingresos para el trimestre actual estarán muy por debajo de las expectativas, en más de mil millones de dólares.
Gelsinger está tomando medidas y planea recortar 15,000 empleos, lo que representa casi el 15% de la plantilla, con el objetivo de ahorrar más de 10 mil millones de dólares antes del final del año gracias a estos recortes. Recientemente, Intel vendió su participación en la británica Arm Holdings, lo que probablemente haya aportado menos de 150 millones de libras. Se ha suspendido el dividendo. Se están reduciendo los gastos. Gelsinger había declarado anteriormente que la atención se centraría en el balance y la reducción de la deuda por el momento.
La atención ahora se centra en la nueva fábrica planeada en Alemania, que Intel quiere construir en Magdeburgo por alrededor de 30 mil millones de libras. Sin embargo, la empresa aún espera las aprobaciones, incluidas las subvenciones de mil millones de dólares. La primera pala aún está prevista para finales de año, con la producción comenzando en 2027. Intel ya ha asegurado a firmas financieras como inversores para dos fábricas costosas en Estados Unidos e Irlanda.
Gelsinger sonó bastante dramático en un correo electrónico a los empleados en agosto. "Nuestra estructura de costos no es competitiva", escribió, entre otras cosas. "Nuestros costos son demasiado altos, nuestras márgenes son demasiado bajas". También mencionó que los planes de inversión se habían ajustado a
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