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¿Inversión de tendencia en 2023? - Los alemanes y la carne

El consumo de carne en Alemania lleva años disminuyendo, pero la asociación del sector se muestra optimista. Un estudio muestra cómo ha cambiado el comportamiento alimentario.

Para muchos, la carne sigue siendo una parte indispensable de la dieta. Foto.aussiedlerbote.de
Para muchos, la carne sigue siendo una parte indispensable de la dieta. Foto.aussiedlerbote.de

Alimentación - ¿Inversión de tendencia en 2023? - Los alemanes y la carne

Para los representantes de los grandes mataderos, la cosa está clara: en el balance de la Asociación de la Industria Cárnica (VDF) del jueves, los grupos de presión proclamaron un cambio de tendencia y pintaron un panorama optimista. Se pronunciaron frases como "Los alemanes vuelven a comer carne", "Se ha tocado fondo" y "La imagen de la carne se está recuperando". ¿Cuál es la verdad? ¿Realmente la carne vuelve a desempeñar un papel más importante en la dieta de los consumidores?

No faltan estadísticas y cifras sobre el tema. En los últimos tiempos, la carne como alimento ha perdido considerablemente importancia en nuestros platos. Según la Oficina Federal de Estadística, la producción de carne se redujo en un 8% en 2022 en comparación con el año anterior, y en otro 6% sólo en el primer semestre de 2023.

Según el Centro Federal de Información para la Agricultura (BLZ), los alemanes comieron 52 kilogramos de carne per cápita en 2022, la cifra más baja desde que comenzaron los cálculos en 1989. Según el Informe de Nutrición 2023 publicado por el Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura (BMEL), la proporción de personas que comen carne y embutidos a diario descendió del 25 al 20% este año.

Consumo de carne: reducido y más consciente

La última investigación empírica se encuentra en el estudio sobre sostenibilidad publicado recientemente por el Grupo Rewe, el Panel de Consumidores GfK y la Fundación Premio Alemán a la Sostenibilidad. El autor del estudio , Robert Kecskes, afirma: "El consumo doméstico de carne está disminuyendo en todos los hogares".

Entre 2018 y 2023, la proporción de hogares que hacen un esfuerzo consciente para reducir el consumo de carne aumentó del 37% a más del 47,5%. Al mismo tiempo, sin embargo, la proporción de bienes de consumo diario gastados en carne, incluido el pescado, solo ha disminuido ligeramente en los últimos años (menos 3,9% desde 2018) y se mantiene casi estable en algunos grupos de edad. Cuando se trata de los alemanes y su relación con la carne, el investigador de mercado Kecskes ve algunas características llamativas.

En primer lugar, aunque un número superior a la media de la generación de más edad quiere reducir su consumo de carne, el gasto en carne sigue siendo mayor que entre los más jóvenes. Según Kecskes, esto se debe también al hecho de que las personas mayores están "socializadas con la carne" y acostumbradas a comer mayores cantidades de carne.

En segundo lugar, la motivación para comer menos carne es muy diferente. Las personas mayores tienden a justificarlo con aspectos relacionados con la salud, mientras que los más jóvenes citan el bienestar animal y el clima.

En tercer lugar, según el estudio, la cantidad de carne consumida está disminuyendo, especialmente entre los hogares económicamente fuertes y los más jóvenes, pero no la proporción del gasto, porque la gente suele cambiar a carne más cara y de mayor calidad. La llamada Generación Z -principalmente personas nacidas entre mediados de los noventa y 2010- evita cada vez más la carne.

En cuarto lugar, Kecskes ve un "cambio cultural" en la carne. Espera que la tendencia -más reducida y más consciente- se extienda en cuanto se suavice la situación económica. En cuanto al consumo, se observa una creciente demanda de productos sostenibles en todos los grupos de edad. La ralentización en 2022/2023 se debe a las circunstancias económicas.

El schnitzel y las "respuestas políticamente correctas"

La industria cárnica intenta sacar provecho de un éxito al menos parcial. La tendencia negativa de los últimos años -el descenso del consumo de carne y de las cantidades compradas- se ha debilitado al menos considerablemente. El consumo de carne en el sector privado sólo descendió un 0,7% en 2023 con respecto al año anterior, frente al 8,1% de 2022. Las cifras también muestran que la carne sigue desempeñando un papel importante en la vida de muchas personas, y para más del 60% es incluso indispensable como alimento.

Según la industria, no le impresiona el hecho de que cada vez más gente se aleje de la carne. Preguntado al respecto, Hubert Kelliger, miembro de la junta directiva de la VDF, afirma: "Los consumidores han aprendido a dar respuestas políticamente correctas: 'Comeré menos schnitzel y salvaré el mundo'. Esto no tiene nada que ver con el comportamiento de compra". Sin embargo, muy pocos representantes de la VDF creen en una vuelta a los antiguos volúmenes de producción. Esperan una estabilización, no una vuelta a las cifras de sacrificio de hace cinco años.

Lo que sin duda no desanima a la industria cárnica es la opinión de la competencia. Tras el rápido crecimiento del mercado de los sucedáneos de la carne en los últimos años, la tendencia se está estancando. La parte del gasto y las cantidades por hogar están incluso descendiendo ligeramente. ¿A qué se debe esto? Para Kecskes, los productos "han llegado al final de un bombo en un nicho".

La agricultura ecológica y la cría de animales han hecho que el consumo de carne vuelva a ser interesante para muchos "flexitarianos"; este grupo evita en gran medida la carne y los productos cárnicos, pero no siempre. Las alternativas cárnicas tendrían que "despojarse de su vitola de sucedáneos veganos". Si no transmitieran una actitud positiva ante la vida, resultarían aburridas para los consumidores.

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Fuente: www.stern.de

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