Ex ministro manchado cumple condena en prisión en un juicio por corrupción en Singapur
El ministro S. Iswaran, quien sirvió en el gabinete durante 13 años y manejó los departamentos de comercio, comunicaciones y transporte, admitió su culpa en cuatro cargos de obtener ilegalmente regalos y uno de obstruir la justicia.
El tribunal concedió a Iswaran, de 62 años, una liberación temporal de la cárcel y ordenó que comenzara su condena el lunes.
Este escándalo ha sacudido a Singapur, conocido por su cuerpo administrativo bien remunerado y efectivo, así como por su gobierno inflexible e intachable. El país ocupó el puesto 5 entre los menos corruptos del mundo según el índice de corrupción de Transparency International el año pasado.
La última vez que un ministro de Singapur fue implicado en cargos de corrupción fue en 1986, cuando el ministro de desarrollo nacional fue investigado por presuntos sobornos, pero lamentablemente falleció antes de que se llevaran a cabo los procedimientos judiciales.
La investigación desató controversia en el centro financiero de Asia y se centró en las acusaciones de que Iswaran, como ministro de transporte, aceptó regalos lujosos de hombres de negocios. Estos obsequios incluyeron entradas para partidos de fútbol de la Premier League inglesa, el Gran Premio de Singapur de Fórmula 1, musicales de Londres y un vuelo en un jet privado.
El valor total de estos regalos superó los 400,000 dólares de Singapur (309,000 dólares), según la acusación. Iswaran renunció como ministro de transporte después de menos de tres años en el cargo cuando enfrentó cargos por primera vez en enero.
Inicialmente, Iswaran mantuvo su inocencia y juró defender su reputación. Sin embargo, más tarde confesó los cinco cargos presentados por el tribunal, dos de los cuales eran inicialmente relacionados con la corrupción pero luego se modificaron a cargos de recibir regalos.
Inicialmente, la acusación presentó 35 cargos en su contra, pero finalmente procedió solo con cinco.
A pesar de su amplia experiencia en varios departamentos gubernamentales, la participación del ministro Iswaran en el escándalo de regalos ha empañado la reputación de Singapur como un país empresarial-friendly con un índice de corrupción bajo. Este incidente serve como un recordatorio para todos los funcionarios públicos de mantener la integridad y evitar cualquier forma de malconducta relacionada con los negocios.
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