El panorama económico de América del Norte se enfrenta a un posible revés a medida que los ferrocarriles de carga canadienses detienen sus operaciones.
El cierre tanto de Canadian National como de Canadian Pacific Kansas City Southern, que manejan casi un tercio del transporte de carga a través de la frontera entre EE. UU. y Canadá, podría llevar a perturbaciones en diversas industrias estadounidenses. Industrias como la agricultura, la automoción, la construcción y la energía podrían enfrentarse a problemas que duren tanto como persista el cierre.
Esta situación subrayaría la intrincada conexión económica entre las dos naciones, con numerosas industrias dependientes del transporte de bienes fronterizos sin problemas para sus operaciones fluidas. Por ejemplo, algunas fábricas de automóviles estadounidenses podrían detener momentáneamente sus operaciones si no pueden obtener motores, transmisiones o estampados de plantas canadienses. Los agricultores estadounidenses podrían encontrar escasez de fertilizantes, y las instalaciones de tratamiento de agua de EE. UU. cerca de la frontera canadiense podrían agotar sus existencias de cloro utilizadas para la purificación del agua.
Esta es una situación sin precedentes en la que ambas importantes ferroviarias canadienses han detenido simultáneamente sus operaciones debido a disputas laborales. La última perturbación relacionada con el trabajo en la industria tuvo lugar en 2022, con una huelga de 60 horas en Canadian Pacific, y una huelga de nueve días en Canadian National en 2019.
Esta situación sigue en curso. Se actualizará a medida que se desarrollen nuevos acontecimientos.
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