Una marca de licores galardonada con un premio al vilipendio por publicidad sexista
Es la séptima vez que la asociación cliché*esc concede el poste de la valla de oro, un premio negativo al marketing estereotipado. El ganador de este año: la marca de licor "Zickengold". Recuerda mucho a un producto absurdo de los años 50.
El premio negativo Golden Fencepost de este año, que denuncia los estereotipos de género en la publicidad y los productos, ha recaído en la marca de licor "Zickengold", de la destilería privada Boente de Recklinghausen. El jurado justifica su decisión afirmando que la marca "cumple todos los clichés imaginables": Se trivializa el consumo de alcohol y se anima a las mujeres a relajarse, es decir, a no ser tan zorras. El premio se entregó el lunes por la noche.
El jurado explicó que, en vista del elevado número de casos de violencia sexual, ni siquiera una destilería privada debería trivializar un problema social tan grave con "torpes juegos de palabras". También criticó una "referencia obvia" a un producto similar de 1953: la bebida "Frauengold", que se comercializaba como similar a un medicamento y contenía un 16,5% de alcohol, pretendía tener un efecto calmante y levantar el ánimo en aquella época y ayudar así a las mujeres a mantener una sonrisa en la cara mientras hacían "un poco de tareas domésticas".
El nombre ya es problemático
Lisi Maier, miembro del jurado y codirectora de la Fundación Federal para la Igualdad de Género, declaró en la ceremonia de entrega del premio: "El apogeo del Oro Femenino es para mí una época que pertenece al armario del horror de género". Se encontró de nuevo en esta época cuando vio los anuncios de "Zickengold". La palabra "zorra" para designar a las mujeres cuyo comportamiento no responde a las expectativas de sus congéneres (masculinos) "también pertenece al botellero de la historia". El Premio Negativo se entregó por séptima vez. El jurado seleccionó inicialmente a siete candidatas entre más de 200 propuestas.
La fundadora del proyecto Golden Fencepost, Almut Schnerring, explicó que ya era hora de que las empresas reconocieran su responsabilidad social en materia de igualdad de género, diversidad e igualdad de oportunidades. "Los modelos de conducta estrechos y las expectativas estereotipadas surgen y se afianzan en el curso de la socialización de un niño, no sólo en la familia, la guardería o la escuela, sino también a través de representaciones estereotipadas en los medios de comunicación, en la publicidad, al dirigirse a grupos destinatarios estereotipados y en el diseño de productos y envases".
Fuente: www.ntv.de