Somalia siente el impacto mortal de la crisis climática
A la sequía extrema le siguen ahora las inundaciones en Somalia. Las Naciones Unidas advierten de una inundación del siglo que podría poner en peligro a más de 1,6 millones de personas en el país asolado por la guerra civil.
Más de 30 personas se han ahogado en Somalia en los últimos días, según las autoridades del país, asolado por la guerra civil y la hambruna. Desde que comenzó la temporada de lluvias en África Oriental en octubre, numerosos ríos del Cuerno de África se han desbordado, destruyendo puentes, casas y carreteras. Alrededor de medio millón de personas han tenido que abandonar sus hogares.
Hace apenas un año, Somalia seguía sufriendo sequías extremas. En aquel momento, la temporada de lluvias de otoño había desaparecido casi por completo, e incluso antes de eso apenas había llovido en las estaciones lluviosas. Más de 43.000 personas murieron como consecuencia de la sequía en 2022, la mitad de ellas niños menores de cinco años. Murieron principalmente como consecuencia de la desnutrición y el escaso suministro de agua.
Este año, Somalia se está viendo afectada por precipitaciones similares a las inundaciones. Éstas están causadas por dos fenómenos meteorológicos en los océanos que pueden provocar condiciones climáticas extremas en las costas de África Oriental. Es bien conocido el fenómeno de El Niño, que se produce regularmente en el Pacífico cada pocos años y provoca un aumento de la temperatura del agua en esa zona. Esto provoca fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo: inviernos cálidos en el norte, temperaturas más bajas en los trópicos, precipitaciones extremas.
El clima extremo provoca catástrofes humanitarias
Este fenómeno se ve exacerbado en el Cuerno de África por un aumento adicional de la temperatura en el océano Índico, el llamado "dipolo", desencadenado por El Niño. La temperatura del mar cerca de la costa del Cuerno de África es significativamente más alta, mientras que está por debajo de la media en el este del Océano Índico. Esto provoca condiciones meteorológicas extremas a lo largo de la costa oriental de África, sobre todo en el Cuerno de África, especialmente en Somalia.
"El clima extremo asociado con El Niño en curso corre el riesgo de aumentar aún más las necesidades humanitarias en comunidades ya vulnerables en Somalia y muchos otros lugares", dijo Martin Griffiths, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, en un comunicado de prensa. "Conocemos los riesgos y debemos adelantarnos a estas crisis inminentes". La Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció hace unos días que este fenómeno podría prolongarse hasta la primavera de 2024.
Por tanto, Somalia podría estar sólo al principio de un largo periodo de lluvias extremadamente intensas. Las agencias de la ONU hablan actualmente de más de 1,5 millones de hectáreas de tierras fértiles que podrían ser destruidas por las inundaciones. En los próximos meses, esto tendría consecuencias extremas para la población somalí, que ya casi no tiene de qué vivir debido a las décadas de guerra civil y a la sequía de los últimos años.
Hambruna casi inevitable
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), más de seis millones de personas están ya afectadas por la crisis alimentaria. Es decir, más de un tercio de toda la población. Más de 40.000 personas padecen hambre extrema, sobre todo niños. Más de 1,8 millones de niños se consideran desnutridos. El PMA advierte de que estas cifras pueden aumentar ahora hasta niveles extremos: "Los medios de subsistencia y las vidas están en peligro, y se espera que 4,3 millones de personas -una cuarta parte de la población- se enfrenten a la hambruna o a algo peor a finales de este año", declaró Petroc Wilton, portavoz del PMA para Somalia.
La semana pasada, Naciones Unidas prometió 25 millones de dólares en ayuda para amortiguar el impacto de las inundaciones y proporcionar socorro rápido a las personas necesitadas. Pero el problema es hacer llegar los suministros de socorro allí donde se necesitan con urgencia. Las masas de agua han destruido carreteras y puentes donde los dos ríos principales se han desbordado. Numerosas familias cuyas chozas han sido arrasadas buscan refugio en las escuelas, ya que éstas son en su mayoría de piedra.
No obstante, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, las buenas previsiones meteorológicas permitieron enviar avisos con antelación a los habitantes de las zonas afectadas por las inundaciones, así como dinero en efectivo para que pudieran tomar precauciones y disponer de medios económicos para huir. "En un país a la vanguardia del cambio climático, es crucial actuar antes de que se produzcan las crisis", declaró el PMA.
Fuente: www.ntv.de