ir al contenido

Raíces belgas, balonmano alemán: la mezcla de Smits en el Mundial

Robusta en defensa, poderosa en ataque. La jugadora de balonmano Xenia Smits vuelve a ser el centro de atención en el partido del Mundial contra Irán. La jugadora de 29 años llegó al equipo de la DHB por un camino indirecto.

Xenia Smits marcó en el último segundo contra Japón. Foto.aussiedlerbote.de
Xenia Smits marcó en el último segundo contra Japón. Foto.aussiedlerbote.de

Torneo en Dinamarca - Raíces belgas, balonmano alemán: la mezcla de Smits en el Mundial

La mañana después de su aclamado buzzer beater, la jugadora de balonmano Xenia Smits adoptó una actitud contemplativa. Junto con su compañera de habitación, Johanna Stockschläder, la jugadora de fondo decoró por Navidad las dependencias de la Federación Alemana de Balonmano en el Campeonato del Mundo y pegó caras de renos en las ventanas.

"No tenemos árbol de Navidad, pero con las luces de hadas intentamos sentirnos como en casa y tranquilizarnos", informó Smits unas horas después de la victoria inaugural del Campeonato del Mundo. Smits marcó con la bocina final contra Japón el 31:30 que llevó al éxtasis al banquillo alemán. Con una victoria contra el enano del balonmano, Irán, el equipo de DHB puede asegurarse una entrada anticipada en la ronda principal el sábado (18:00). Polonia espera el lunes para concluir la ronda preliminar.

Smits sueña con ser bilingüe

No siempre estuvo claro que Smits fuera a jugar con la selección alemana. El jugador del Bietigheim, campeón de la Bundesliga, es en realidad belga. Nacida en Amberes, la central abandonó su país natal a los 14 años y se trasladó a un internado alemán de balonmano, donde primero tuvo que aprender el idioma. Seis años más tarde, Smits recibió su pasaporte alemán y comenzó una impresionante carrera en el equipo de la DHB.

Más de 100 partidos internacionales. Una de las mejores defensoras del mundo y temida por sus potentes lanzamientos desde atrás. Con su mezcla de robusto trabajo defensivo y tremenda potencia ofensiva, Smits también quiere causar furor en el Mundial. "Mi sangre es belga, pero como jugadora de balonmano me siento alemana", afirma Smits, que incluso sueña bilingüe.

El sueño de los Juegos Olímpicos

Un sueño se ha quedado hasta ahora sin cumplir: la participación en los Juegos Olímpicos. Las alemanas no participan en la fiesta de los anillos desde 2008, pero eso cambiará en París 2024. Para asegurarse un billete para uno de los torneos clasificatorios, el equipo de la DHB debe alcanzar los cuartos de final en los Campeonatos del Mundo.

No es tarea fácil, pero sí realista. Un puesto en la ronda principal se considera una certeza. Allí, Dinamarca, aspirante al título, sería el único equipo claramente mejor clasificado que la selección alemana. A continuación, los dos mejores equipos de cada grupo de seis se clasificarán para cuartos de final.

"Zack en la esquina"

Y si el creador de juego Smits sigue destacando, mucho es posible de todos modos. Para el espigado defensa, el gol contra Japón en el último segundo fue "algo inesperado", pero para el seleccionador nacional, Markus Gaugisch, fue un ataque de manual. O como él mismo, de 49 años, lo definió: "Buena rotación del cuerpo. El brazo estaba bien y alto. Zack a la esquina, perfecto".

Gaugisch debería ahorrarse un partido tan duro como el del sábado contra Japón. En su lugar, Irán debería ser un rival bienvenido contra el que seguir ensayando e interiorizando rutinas. La defensa alemana debe ser más estable si quiere vencer a rivales de categoría, como Dinamarca o Francia, en lo que queda de torneo.

¿Dónde está la regularidad?

Contra Japón, la coordinación en defensa no fue del todo correcta en algunos momentos. Los ágiles asiáticos se abrieron paso hábilmente por los huecos de la zaga alemana una y otra vez. Y el ataque de la DHB también se tambaleó en algunos momentos. "Un partido con altibajos", resumió Smits las fluctuaciones.

La falta de regularidad ya fue el punto débil de la selección alemana en los grandes torneos anteriores. Más que el séptimo puesto no fue posible. Ahora, en el bastión del balonmano escandinavo, el objetivo es luchar por el primer puesto mundial. "Nuestro equipo es más fuerte que nunca", afirma optimista la extremo izquierdo Antje Döll. También gracias a jugadoras como Xenia Smits.

Lesen Sie auch:

Fuente: www.stern.de

Comentarios

Más reciente