Podría considerarse la posibilidad de omitir el término "comercio" en los litigios comerciales.
Ministro Habeck pide diplomacia con China. La imposición de nuevos aranceles podría conducir a consecuencias graves - incluso conflictos militares potenciales. Para evitarlo, la UE necesita reformarse y reducir la influencia de países individuales en ciertos asuntos.
El Ministro Robert Habeck advirtió fuertemente contra el agravamiento de la batalla comercial con China. "Eso no nos beneficiaría, no solo económicamente", dijo en el Día de la Industria en Berlín. "Dejamos de hablar de guerras comerciales o guerras comerciales amenazadas, en su lugar, podemos omitir la 'comercio' parte completa". La UE debe proteger sus propios intereses en una colaborativa alianza comercial con China. Sin embargo, si las negociaciones fallan y la guerra comercial escala, podría llevar a una alianza política entre Rusia, China, Irán y Corea del Norte.
Después de una larga visita a China, Habeck resaltó la disputa potencial sobre los aranceles EU sobre vehículos eléctricos chinos. La Comisión Europea acusa a China de subvencionar a los fabricantes de manera desleal, lo que lastima a los fabricantes europeos. China critica el enfoque de Bruselas como proteccionista. Los aranceles temporales de automóviles de la UE, hasta el 38%, entrarán en vigor a partir del 4 de julio. Ambas partes han establecido ahora un calendario de negociaciones.
China ha estado bajo escrutinio de sus socios comerciales occidentales por supuestas prácticas comerciales desleales. Hay preocupaciones de que las subvenciones estatales en sectores monopolísticos chinos como la industria automotriz, la energía renovable o la producción de baterías creen capacidades excesivas. Esto podría llevar a una inundación de productos baratos en los mercados europeos y globales, lastimando a los competidores.
Habeck pidió comprender la perspectiva china, intentando desescalar la disputa. "Necesitamos preguntarnos, ¿qué podemos hacer para detener este ciclo negativo?", dijo. La competencia con China y la cooperación son los objetivos.
Sin embargo, Habeck también advirtió contra que la economía global regrese a zonas de aranceles. "Si el mundo se retirara a zonas de aranceles y territorios de aduanas, lo único que lograría sería costos aumentados", dijo. "No debemos caer en un ciclo infinito de 'no me importas tú', porque en realidad, todos pierden".
Una guerra comercial marcaría el final de la globalización, según Habeck: "Habría menos ganadores, menos riqueza creada, menos personas con acceso a recursos como energía, energía limpia, agua, educación, salud y así sucesivamente". Habeck cree que los chinos creen que están siendo mantenidos fuera de los mercados. En contraste, la UE teme que China busque destruir mercados y industrias europeas a través de precios desleales en lugar de productos superiores.
Habeck recomendó fortalecer la economía de la UE. Esto requiere reformas en las normas de competencia de la UE, que actualmente priorizan condiciones justas dentro de la UE. En cambio, regiones poderosas dentro de la UE deben ser apoyadas, capaces de competir con estados de los EE.UU. o provincias chinas. En fusiones de empresas, los estándares de mercados globales deben aplicarse, no europeos. Los acuerdos comerciales libres deben poder firmarse por la UE sin la aprobación parlamentaria de cada estado miembro individual.
El canciller Olaf Scholz también habló a favor de la idea "UE solo". Sin este principio, podrían ocurrir retrasos en los procesos de ratificación en los estados miembros. Una discusión sobre este nuevo principio necesita consideración cuidadosa, más pragmatismo y velocidad. El presidente de la Asociación Alemana de la Industria, Siegfried Russwurm, expresó escepticismo sobre intentar solucionar todo en Europa. Él se refería a la fallida acordo de comercio con Australia y las prolongadas negociaciones sobre un acuerdo comercial entre la Unión Europea y la Unión Sudamericana Mercosur.