Museo Viadrina - Pan de jengibre de los tiempos de la bisabuela: El aroma de la historia
Hornee pan de jengibre como hace 100 años en lugar de recurrir a los dulces navideños envasados en las estanterías del supermercado: El Museo Viadrina de Fráncfort (Oder) lo hace posible en vísperas de Navidad. Este viernes, los niños están invitados a hornear pan de jengibre tradicional según una antigua receta en una cocina como en los tiempos de sus abuelos. La educadora del museo Halina Muchow introducirá a los jóvenes panaderos en los secretos del arte de la panadería de antaño. Le interesa la contemplación del periodo prenavideño y la tranquilidad con que se hornea, una desaceleración para los niños, como ella dice. Porque hacer pan de especias lleva su tiempo.
En el centro del proceso están los llamados moldes, que se utilizaban hacia 1900 en lugar de los cortadores de galletas que conocemos hoy. Los niños pueden rellenar los pequeños platos con sus hendiduras de masa y convertirlos en caras de Papá Noel, muñecos de nieve, corazones o piñas. Entre los tesoros de la cocina del museo hay moldes históricos con motivos barrocos de finales del siglo XVIII, pero debido a su antigüedad, sólo se pueden ver. había informado el periódico "Märkische Oderzeitung".
En cambio, los jóvenes panaderos se adentran aún más en la cocina de la bisabuela con una máquina de cocción de 1860, que todavía se calienta con leña y carbón. También hay viejos batidores hechos con troncos de árboles de Navidad entre los utensilios de cocina históricos. "En el pasado, todo se utilizaba de forma sostenible, incluidos los árboles de Navidad", explica Muchow.
La educadora del museo ya ha preparado la masa para el pan de jengibre. Por razones de higiene, los niños no pueden ayudar en su elaboración, lamenta. Medir los ingredientes con unidades de medida antiguas sería sin duda educativo. Según ella, la receta de antaño difiere de los brebajes más modernos. A la masa se le añade sal de cuerno de ciervo y sirope de remolacha azucarera, además de mantequilla, harina, huevos, un poco de leche y especias como clavo y canela. El sirope da a la masa un color oscuro. El trabajo principal es el batido. Se tarda 45 minutos a mano, explica Muchow. Para que la masa funcione de verdad, tiene que reposar entre una y dos semanas.
El educador del museo transmitirá toda esta información a los niños y añadirá otro dato sorprendente: Cuando se saca el pan de jengibre del horno, aún está blando, pero al enfriarse se endurece. Una manzana volvería a ablandarlas en el molde. "Estas galletas de jengibre se solían comer no sólo en Navidad, sino durante todo el año. Se conservan mucho tiempo".
Lea también:
- Aquí se sanciona a un miembro del clan
- ¿Será condenado como asesino de Jutta después de 37 años?
- También quería matar a su primo
- ¿Se enfrenta el Sarre a un colapso económico?
Fuente: www.stern.de