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Momento olímpico del día: unidos para siempre por la gloria de Tokio, Giancarlo Tamberi y Mutaz Barshim se reúnen de nuevo

Tres años atrás, se unieron para toda la vida y en la historia olímpica al decidir compartir la medalla de oro del saltoštico masculino. El miércoles en el Stade de France, crearon otro momento que ejemplifica en qué consiste estos Juegos.

Momento olímpico del día: unidos para siempre por la gloria de Tokio, Giancarlo Tamberi y Mutaz Barshim se reúnen de nuevo

En los Juegos Olímpicos de Tokio, los saltadores con pértiga Mutaz Barshim de Qatar y Gianmarco Tamberi de Italia protagonizaron uno de los momentos más icónicos al optar por no disputar un desempate para definir el oro y compartir el primer lugar en su deporte. Su abrazo efusivo, seguido de las explosivas celebraciones de Tamberi, se convirtió en una imagen definitoria de una Olimpiada en tiempos de pandemia que muchos buscaban como señal de esperanza tras un largo período de aislamiento.

En París, se reunieron nuevamente.

Barshim y Tamberi luchaban por superar la marca de 2.27 metros a medida que se acercaba el final de las clasificaciones. El italiano acababa de fallar su segundo intento cuando el catarí se preparaba para su siguiente salto.

Mientras corría hacia la barra, Barshim se detuvo repentinamente. Saltando sobre una pierna, cayó al suelo detrás del cojín, retorciéndose de dolor.

La primera persona en acercarse a él fue Tamberi.

El italiano consoló a Barshim, quien casi con certeza está en sus últimos Juegos Olímpicos, mientras un miembro del equipo médico de Puerto Rico también corría a prestar ayuda. Tamberi estiró la pantorrilla de su compañero de oro en Tokio, tratando de aliviar el dolor que recorría la pierna del hombre de 33 años.

Con la ayuda de su amigo y los médicos, Barshim logró ponerse de pie. En su tercer y último intento en 2.27 metros, Barshim lo superó para clasificar para la final del sábado.

"Espero que esté bien para el sábado", dijo Tamberi después. "Lo necesito en la competencia. Tengo que estar en forma yo mismo, pero quiero que él esté allí".

El italiano no logró superar la altura de 2.27 metros, pero logró clasificar para las finales de todos modos. También es probable que sea su último Juegos Olímpicos.

La amistad poco probable que comparten en el Stade de France este año es poco probable que sea de oro, sino más bien de determinación. Además del problema de la lesión de Barshim el miércoles, Tamberi ha tenido que luchar contra un brote de cálculos renales solo para llegar a la competencia.

Aunque se siente mejor, el italiano dijo que aún está recuperando su confianza después de un período emocional en el que tuvo que lidiar con la idea de que sus Juegos Olímpicos podrían haber terminado antes de comenzar.

"Estar enfermo fue muy difícil. Luché mucho mentalmente. Estaba muy asustado de perder esta oportunidad después de trabajar tan duro. No lo oculto, lloré mucho porque no quería perder mi momento olímpico, pero ahora estoy aquí y el pasado es el pasado", dijo.

"Fue solo cuestión de horas en el hospital. Los médicos me dijeron que me quedara la noche, pero firmé para salir porque no quería estar en el hospital durante tres días antes de la competencia. Corrí un riesgo, pero todo se trata de riesgo. Según sé, todo ha desaparecido, la fiebre y el dolor".

Ahora, todas las miradas están puestas en el sábado para presenciar lo que podría ser el último capítulo olímpico de esta amistad deportiva.

La experiencia compartida de Barshim y Tamberi en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde decidieron compartir la medalla de oro en la prueba de salto con pértiga, ha fortalecido su vínculo en su deporte actual. A pesar de enfrentar desafíos en París, con Barshim lidiando con una lesión en la pierna y Tamberi recuperándose de cálculos renales, siguen determinados a apoyarse mutuamente y a rendir bien en la final próxima.

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