Más personas sin hogar ante la subida de los alquileres
En algunas ciudades de Baja Sajonia está aumentando el número de personas sin hogar. Los alquileres suben, cada vez más personas pasan necesidad y tienen que abandonar sus hogares. La pobreza es visible en las calles y en los parques. Ante la dramática situación de la vivienda, las organizaciones sociales piden a los políticos de Baja Sajonia que construyan muchas más viviendas sociales.
En Osnabrück, por ejemplo, hay actualmente unas 85 personas viviendo a la intemperie, frente a las cerca de 30 de 2018. "Dada la escasez de viviendas, la situación de las personas sin hogar no ha mejorado", afirma un portavoz de la ciudad. En los últimos años se ha observado un ligero aumento. La ciudad se esfuerza por acabar rápidamente con el sinhogarismo o incluso prevenirlo. "Nos centramos en los esfuerzos preventivos para garantizar que el sinhogarismo no se consolide", añade.
En Bremen hay oficialmente más de 600 personas viviendo en la calle. "No hay un recuento real", dice el portavoz de prensa Bernd Schneider, del departamento de servicios sociales de la ciudad hanseática. La gente se desplaza y se cuenta en los centros de acogida de emergencia. En verano, entre 100 y 150 personas buscan un lugar donde dormir en las calles de Bremen. La inmigración procedente de Europa del Este es notable. Muchos tienen trabajo en los meses más cálidos, en invierno sólo queda la calle. Housing First Bremen ofrece algunos pisos permanentes desde noviembre de 2021.
En Hannover, la capital del estado federado, el número de personas alojadas en viviendas municipales se ha mantenido constante respecto a 2022. Oficialmente, este año hay 1115 personas sin techo.
En Braunschweig, la tasa de ocupación de las instalaciones para personas sin hogar es del 81%. Actualmente hay 200 personas viviendo en los centros de acogida de la ciudad, frente a las 188 del año anterior. En 2023 se producirá un ligero aumento general, según anunció la ciudad. También en este caso se trata de prevenir de antemano la falta de vivienda.
En Luneburgo, la cifra ha pasado de 54 personas en 2017 a 96 este año. "Muchas personas acaban aquí cuando su empleador les ha dado el preaviso", dice una portavoz de la ciudad. En la mayoría de los casos, su trabajo va acompañado de un piso, que pierden cuando son despedidos. La mayoría de los alojados sólo permanecen en el albergue temporalmente. "Una vivienda asequible es como si te tocara la lotería", afirma André Pluskwa, trabajador de la calle, testigo diario de la difícil situación de los sin techo.
Cada vez hay más personas que caen en las redes de seguridad social, y algunas personas de familias de clase media acaban en las calles de Luneburgo. "El número es manejable, pero están ahí", dice este hombre de 50 años. A menudo recibe un chivatazo de la policía, a la que considera muy progresista. "Es importante estar presente y conocer a la gente", subraya Pluskwa, que lleva desde 2012 buscando conversaciones y ofreciendo ayuda en las calles de la ciudad hanseática. Un buen complemento es su perra Aurica, bien recibida por todos. Desde entonces, las intervenciones policiales en la escena del alcohol y las drogas han disminuido.
Fuente: www.dpa.com