Los analistas advierten de que el enfrentamiento marítimo entre China y Filipinas podría arrastrar a EE.UU. al conflicto
"El ciclo de escalada es preocupante", afirmó Ray Powell, director de SeaLight, un proyecto del Centro Nudo Gordiano para la Innovación en Seguridad Nacional de la Universidad de Stanford que vigila las actividades marítimas en el Mar de China Meridional.
Los analistas describieron el enfrentamiento del domingo, en el que los cañones de agua de los guardacostas chinos inutilizaron una embarcación filipina, como el más grave de los cuatro enfrentamientos a los que se ha dado publicidad este año entre los dos países en las aguas próximas al Second Thomas Shoal, un lugar que China reclama como su territorio pero donde los marines filipinos mantienen un puesto avanzado en un barco encallado.
Los barcos filipinos intentaban llevar suministros al barco, el Sierra Madre, que se encontraba en mal estado, cuando los guardacostas chinos intentaron detenerlos, según reconocen ambos países.
Un barco de la Guardia Costera china "desplegó un cañón de agua contra los barcos de suministros filipinos causando graves daños a los motores (de uno de ellos), inutilizando el barco y poniendo en grave peligro la vida de su tripulación", dijo en un comunicado la Fuerza de Tarea Nacional para el Mar de Filipinas Occidental.
Aunque no se registraron heridos el domingo, el enfrentamiento, que también incluyó una colisión entre buques chinos y filipinos, demuestra que "ciertamente es posible" que se produzcan heridos graves o muertos, afirmó Powell.
Y como Filipinas, al igual que Japón y Corea del Sur, tiene un tratado de defensa mutua con Estados Unidos, la muerte de filipinos podría desencadenar la respuesta de las fuerzas estadounidenses.
Funcionarios estadounidenses han citado repetidamente el tratado en declaraciones públicas sobre el Mar de China Meridional y el Departamento de Estado reiteró esta semana la postura de Washington tras el enfrentamiento del domingo.
Estados Unidos "apoya a nuestros aliados filipinos ante estas acciones peligrosas e ilegales", afirmaba el comunicado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino, sin embargo, dijo a Washington que no tiene nada que hacer en la disputa, afirmando que "ninguna tercera parte tiene derecho a intervenir".
Pekín reclama una "soberanía indiscutible" sobre casi todo el Mar de China Meridional, incluidos muchos accidentes geográficos situados a cientos de kilómetros de China continental. Filipinas, Malasia, Vietnam, Brunéi y Taiwán también tienen reivindicaciones contrapuestas.
En 2016, un tribunal internacional de La Haya falló a favor de Filipinas y concluyó que China carece de base jurídica para reclamar derechos históricos sobre la mayor parte del mar de China Meridional. Pero Pekín ha ignorado el fallo.
Puesto de avanzada
Second Thomas Shoal, conocido como Ayungin Shoal por Filipinas y Ren'ai Reef por China, se encuentra en la zona económica exclusiva de Filipinas.
Manila encalló en 1999 el Sierra Madre, un antiguo buque de transporte de la Marina estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, en Second Thomas Shoal, y lo ha tripulado con infantes de marina filipinos para hacer valer sus reivindicaciones sobre la zona. Pero el oxidado buque se está cayendo a pedazos y necesita reparaciones periódicas.
La situación en el banco de arena dejó de ser noticia mientras China establecía instalaciones militares en otros territorios disputados del Mar de China Meridional durante gran parte de la pasada década.
Y la administración del ex presidente filipino Rodrigo Duterte intentó forjar nuevos lazos económicos con Pekín.
Pero el presidente Ferdinand Marcos Jr., que asumió el cargo en 2022, ha adoptado una postura más dura frente a las reivindicaciones territoriales chinas y ha reforzado la cooperación militar con Washington.
El secretario de Defensa filipino , Gilberto Teodoro Jr., declaró a la CNN en septiembre que Manila y el resto del mundo debían plantar cara a lo que calificó de "intimidación" china.
Pero Pekín se ha mantenido firme en su afirmación de que Manila ocupa ilegalmente el banco de arena.
El lunes, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, acusó a Filipinas de violar gravemente la soberanía china y poner en peligro la seguridad de los buques y el personal chinos.
Pero los analistas replican que Pekín aparece como el agresor.
"China actúa, parece y se está mostrando como un matón", afirmó Carl Schuster, ex director de operaciones del Centro Conjunto de Inteligencia del Mando del Pacífico de Estados Unidos.
Y Pekín quiere insistir en su reivindicación, según los analistas.
"Las acciones recientes parecen apuntar a que los chinos intentan buscar puntos débiles que explotar y poner a prueba el límite de hasta dónde llegaría Washington por su aliado", declaró a la CNN Collin Koh, investigador de la S. Rajaratnam School of International Studies (RSIS) de Singapur.
En un post en X, antes Twitter, Koh dijo que puede que ni siquiera hagan falta armas explosivas para activar el tratado de defensa mutua entre Estados Unidos y Filipinas.
"Cuando el ataque con un cañón de agua causó daños físicos, lesiones y potencialmente la muerte, se plantea la cuestión de si importa si se utilizan armas de fuego o sólo la fuerza cinética del agua para calificarlo como un 'ataque armado'", escribió Koh.
Según Koh, las muertes no tienen por qué ser intencionadas.
"Incluso si los chinos hacen todo lo posible para evitar una escalada vertical, ¿qué pasa si hay una pérdida involuntaria de vidas o heridos graves? ¿Calificaría eso como ataque armado?" preguntó Koh.
Implicación de EE.UU.
Koh, Schuster y otros opinan que Washington puede haber dejado que la situación llegue ya demasiado lejos, envalentonando a Pekín para que siga presionando a Manila para que dé marcha atrás en sus reivindicaciones sobre el Mar de China Meridional.
Eric Sayers, miembro no residente del American Enterprise Institute, escribió en X que Washington necesita "escalar" las cosas con Pekín.
"Están estimando que no lo haremos porque en gran medida no lo hemos hecho en los últimos 13 años desde que comenzó este tipo de comportamiento", escribió.
Schuster afirmó que Washington necesita algo más que declaraciones del Departamento de Estado para disuadir a China.
"A menos que (EE.UU.) ponga fuerzas en posición, Pekín no verá ninguna razón para evitar la escalada", dijo.
Esas fuerzas podrían consistir en el reabastecimiento directo por parte de EE.UU. del buque varado, el Sierra Madre, o al menos en escoltas conjuntas en las misiones filipinas de reabastecimiento, dijo Koh.
Y las misiones de reabastecimiento son vitales, dijo Sayers.
Si Manila no puede conseguir suficientes suministros para su barco en Second Thomas Shoal, Pekín podría ser aún más asertivo, dijo.
"Creo que la pregunta preocupante es ¿en qué estado se encuentra Sierra Madre? ¿Necesita seguir recibiendo mantenimiento o existe el riesgo de que se desprenda del arrecife? Si es así, ese es un acontecimiento que podría llevar a una mayor escalada y a un cambio en el statu quo", dijo Sayers a CNN.
Y advirtió de que Washington no puede perder de vista la importancia de apoyar a Manila incluso mientras "el resto del mundo está ardiendo", en referencia a las guerras en curso en Ucrania y Gaza que parecen estar dominando el espacio de política exterior del gobierno estadounidense.
EE.UU. necesita demostrar que Asia es una prioridad junto con Europa y Oriente Medio, afirmó Sayers.
¿Puede Washington "caminar y mascar chicle como insisten mis amigos estadounidenses eurocéntricos?" es una pregunta que necesita una respuesta contundente, escribió.
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Fuente: edition.cnn.com
