Las fases cortas de desintoxicación digital no aportan beneficios claros
Muchos influencers y otros usuarios limitan su uso de las redes sociales durante una semana con la esperanza de obtener efectos positivos. Un pequeño estudio británico demuestra ahora que con unos pocos días de abstinencia es más probable que los efectos positivos y negativos se equilibren entre sí. No se encontraron efectos similares a los de la abstinencia, según escribe el dúo de investigadores en la revista científica "PLOS One".
Michael Wadsley y Niklas Ihssen, de la Universidad de Durham, incluyeron en su análisis a 51 usuarios de moderados a intensos de redes sociales como Facebook, Instagram, Snapchat, Twitter, TikTok y YouTube. Las investigaciones habían sugerido que un cese abrupto del uso de las redes sociales podía provocar síntomas de abstinencia similares a los del consumo de drogas y que la "desintoxicación digital" tenía un efecto positivo en el bienestar y la salud mental.
Los investigadores explican que, en el caso de los sujetos de entre 18 y 25 años (16 hombres y 35 mujeres), no se observaron correlaciones de este tipo. La restricción del consumo tuvo efectos matizados y potencialmente opuestos sobre el bienestar. La restricción podría eliminar experiencias que desencadenan emociones negativas, como las comparaciones sociales o el miedo a perderse algo. Sin embargo, esto también se aplica a las emociones positivas, como el reconocimiento social.
Alto índice de recaídas
Aunque la mayoría de los participantes consiguieron reducir significativamente su uso de las redes sociales a lo largo de la semana, sólo siete lograron mantenerse completamente abstinentes. La tasa de recaídas fue, por tanto, muy elevada. Además, muchos declararon que, para compensar, pasaban más tiempo jugando a videojuegos o comprando por Internet. En general, en el estudio no se exigió restringir el uso del móvil.
Podría ser que los posibles efectos negativos se evitaran cambiando a otros servicios digitales y que el uso de las redes sociales se limitara predominantemente, pero no se interrumpiera por completo, explicó el dúo de investigadores. Habría que realizar estudios más amplios. En cualquier caso, es poco probable que las personas que simplemente dan la espalda a las redes sociales durante unos días experimenten efectos significativos en su propio estado de ánimo.
Falta de una definición clara
Leonard Reinecke, de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, que no participó en el estudio, se muestra crítico con la investigación sobre la "desintoxicación digital" en general. La definición por sí sola no está clara. El catedrático de Efectos de los Medios de Comunicación y Psicología de los Medios afirma también que la imposición de restricciones que no son de su propia elección ya provoca en los sujetos de la prueba una sensación negativa.
Reinecke no cree que el uso intensivo de las redes sociales o los teléfonos inteligentes deba calificarse inmediatamente de adicción. Esto es "ciertamente completamente infundado en la gran mayoría de los casos". Sólo hay una proporción muy pequeña de usuarios que muestran realmente un comportamiento problemático y adictivo. Además, estos usuarios suelen tener varias adicciones al mismo tiempo. En última instancia, el smartphone se ha convertido en un eje central para muchas aplicaciones diferentes que pueden desencadenar hábitos tanto positivos como negativos, afirma Reinecke. El paso central debe ser la autorreflexión. Por ejemplo: "¿Qué hago realmente con mi smartphone en las redes sociales? ¿Qué encuentro enriquecedor? ¿Qué es bueno para mí?". De este modo se podrían romper posibles bucles negativos.
Fuente: www.dpa.com