La restauración de la catedral de Notre Dame costará 760 millones de dólares
Mientras turistas y parisinos se congregaban frente a la catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para admirar el regreso de uno de sus elementos más emblemáticos -por ahora, todavía rodeado de andamios-, las obras de Notre Dame seguían a pleno rendimiento. Cerca de 500 artesanos se afanan en las labores de reconstrucción para que el monumento parisino esté listo para su gran reapertura al público dentro de menos de un año.
"Es fascinante ver cómo se restaura algo de tanto valor histórico", dijo Stephan Book, un turista que visitaba París desde Suecia con su hija y su padre de 80 años. "Y la ambición de hacerlo todo en cinco años", añadió, "es como cuando Kennedy dijo que (los humanos) iban a ir a la Luna".
En una reciente visita a las obras, el presidente Emmanuel Macron prometió que los trabajos iban "según lo previsto" para que Notre Dame abra al público el 8 de diciembre de 2024, cinco años y siete meses después del incendio que destruyó grandes partes del edificio de 860 años en abril de 2019.
"Para cuando se celebren los Juegos Olímpicos (en julio), esperamos haber desescombrado la parte superior de la aguja y completado la mayor parte de la cubierta, para que los parisinos y los visitantes de todo el mundo puedan ver lo cerca que está la catedral de reabrir", dijo Philippe Jost, de Reconstrucción de Notre Dame de París (el organismo público responsable de la conservación y restauración de la catedral), al Parlamento francés el 13 de diciembre.
Quienes admiran la estructura gótica desde el exterior ya están entusiasmados con la perspectiva de poder volver a entrar en la catedral.
"La primera vez que vine a París fue hace 60 años, y luego hace 40", explica Göran Book, padre de Stephan, que recuerda haber entrado en Notre Dame en cada una de sus anteriores visitas a París. "Ahora tengo 80 años", añade. "Si sigo vivo el año que viene, tendré que volver para ver la reapertura".
Un esfuerzo monumental
Según Rebuilding Notre Dame de Paris, hay cerca de 250 empresas y talleres de arte en toda Francia encargados de "trabajar en el renacimiento de la catedral". Esto incluye carpinteros, canteros, andamios, escultores, doradores, vidrieros e incluso organeros, que están restaurando los 8.000 tubos y 115 registros del gran órgano de Notre Dame, el más grande de Francia.
Tras el incendio de 2019, los dos primeros años de trabajo se dedicaron a asegurar el edificio, completar los estudios del proyecto y adjudicar las licitaciones. La fase de restauración comenzó oficialmente en septiembre de 2021.
En los últimos meses, los avances más visibles se han producido en la restauración del armazón de la cubierta, la aguja y las grandes galerías superiores.
Alban Dubois, que trabaja como camarero en el Café Panis, justo enfrente de Notre Dame, ha estado observando el progreso diario desde las ventanas de su lugar de trabajo.
Estaba allí, sirviendo mesas, el día del infame incendio, y recuerda haber observado conmocionado cómo las llamas crecían y las ventanas de su restaurante se calentaban progresivamente. "La gente se reunía (en el restaurante) y miraba impotente", dice. "Algunos lloraban... Fue todo muy triste".
Ahora, Dubois espera con impaciencia la reapertura de la catedral y predice que mucha gente se pasará por allí para hacerle una visita. "Aunque (Notre Dame) lleva aquí tantos años, va a ser un poco como una inauguración", afirma.
Según Jost, se espera que 14 millones de visitantes "acudan en masa a ver los resultados de (la) restauración".
Marcando el siglo XXI
Aunque se restaurará el aspecto original de Notre Dame, el Presidente Macron también ha expresado su deseo de que nuestro siglo "tenga su lugar entre los muchos otros que figuran en las obras de esta catedral".
A principios de este mes, anunció un concurso para permitir a artistas contemporáneos recrear seis de las vidrieras del lado sur de Notre Dame, con el fin de "marcar este siglo XXI".
De forma igualmente conmemorativa, se grabó en la madera de la aguja el nombre del general francés que había estado supervisando la reconstrucción de Notre Dame antes de su muerte en un accidente de montaña a principios de este año. Jean-Louis Georgelin "seguirá siendo para siempre" parte de Notre Dame, dijo Macron, que participó personalmente en el proceso de grabado el 8 de diciembre, día en que la aguja de roble de la catedral recuperó su lugar.
Los nombres de otras personas que participaron en la reconstrucción de Notre Dame también se han convertido en un elemento permanente de la nueva catedral. El 16 de diciembre se colocó un tubo sellado dentro del gallo dorado montado en lo alto de la aguja, que contiene un documento con los 2.000 nombres de quienes han participado en las obras.
El anterior gallo de la aguja de la catedral había sido encontrado, dañado entre los escombros, al día siguiente del incendio. En su interior se encontraban las reliquias (los restos mortales) de San Dionisio y Santa Genoveva, así como un fragmento de la corona de espinas de Cristo, todos los cuales permanecían intactos y han sido colocados dentro del nuevo gallo, según la diócesis de París.
El antiguo gallo, junto con las seis vidrieras que van a ser sustituidas, se alojarán en un nuevo museo dedicado a Notre Dame, cuya apertura fue anunciada recientemente por Macron. "Será un museo de arte, un museo de historia, un museo para describir la obra permanente de Notre Dame de París", dijo.
Se prevé que el coste de la reconstrucción de Notre Dame ascienda a unos 700 millones de euros (767 millones de dólares estadounidenses). En total, se han recaudado 846 millones de euros (928 millones de dólares) en donaciones de 340.000 donantes de 150 países, según Rebuilding Notre Dame de Paris.
Jost ha declarado que el dinero donado que no se gaste en la reconstrucción se utilizará probablemente para "beneficiar a la catedral" de otras formas.
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Fuente: edition.cnn.com
