- La respuesta inadecuada a los desafíos en la gestión de crisis de la corte noruega: ¿Dónde está el rey Harald?
En el opulento escenario del Castillo de Oslo, los rumores de tragedias personales podrían haber resonado en tiempos recientes,whose extent is only now coming to light. En el centro de todo está Marius Borg Høiby. Aquel joven, una vez sostenido en el balcón del castillo por su madre Mette-Marit durante su boda de agosto con el príncipe heredero Haakon hace 23 años, entre los vítores del público noruego, ahora es un hombre adulto.
La historia idílica de la familia real noruega, donde un niño del pasado de Mette-Marit con un asociado burgués de Haakon parecía haber crecido milagrosamente al mismo nivel que sus dos medio hermanos reales, viviendo una vida plena y recta, podría haber sido demasiado perfecta para ser cierta.
Marius Borg Høiby: Navegando entre el Palacio y la Vida Cotidiana
Sueles ver a Marius en fotos de la familia real y en eventos conjuntos, pero en los últimos años sus apariciones públicas han disminuido. Inicialmente, su ausencia se atribuyó a sus estudios en EE. UU., pero recientes revelaciones indican que ha luchado con problemas de salud mental y abuso de sustancias durante algún tiempo.
Su existencia parece estar en el límite entre el Palacio Real y un cómodo apartamento burgués, lo que ha llevado a una lucha interna que aún no ha superado. Su reciente borrachera y consumo de drogas, que supuestamente involucró un ataque violento a su novia, no fue un hecho aislado, como han demostrado los últimos eventos.
Brotes Intoxicados y sus Consecuencias
El último incidente dramático, informado en los medios noruegos, tuvo lugar en el apartamento de su novia. Se han presentado acusaciones de violencia física, estrangulamiento y un cuchillo clavado en la pared. Marius ha admitido públicamente su abuso de alcohol y cocaína, ha confesado haber causado lesiones corporales y ha mencionado sus estancias anteriores en rehabilitación.
Su repentina confesión pública podría ser el resultado de una consulta con su abogado, después de que surgieran dos exparejas que lo acusan de violencia doméstica. Ahora se enfrenta oficialmente a cargos de lesiones corporales y daños a la propiedad, y la policía ha insinuado la posibilidad de ampliar estos cargos.
La Intervención de Mette-Marit: Caminando por la Cuerda Floja
La noticia de que Mette-Marit supuestamente contactó a la víctima después del incidente no ayuda a la situación. Si hizo declaraciones más allá de expresar su preocupación por el bienestar de la víctima, como pedirle que retire su denuncia contra Marius, podría interpretarse como interferencia en un testigo en un juicio, un delito penal en Noruega, al igual que en Alemania.
Si bien es comprensible que la preocupación de una madre superara sus deberes reales en ese momento, es lamentable que no haya ejercido la máxima contención. Una intervención impulsiva podría dañar la reputación de la familia real tanto como las acciones de Marius.
El Palacio: Manteniendo la Distancia
Mientras tanto, la jefa de comunicaciones del Palacio, Guri Varpe, continúa redirigiendo las consultas de los medios sobre el caso al abogado de Marius. Varpe sostiene que, aunque Marius es miembro de la familia real, no es miembro de la Casa Real, y trata el asunto como privado.
Simultáneamente, la oficina de prensa del Palacio difunde una imagen del rey Harald y la reina Sonja aparentemente disfrutando de los Juegos Olímpicos en la televisión en su residencia de verano, una presentación pública menos que óptima en ese momento.
Esto plantea preguntas sobre la conciencia del rey Harald de la gravedad de la situación, su capacidad para controlar su hogar según la Constitución y su responsabilidad para garantizar la asistencia si no puede manejarlo solo. Los medios noruegos critican su aparente pérdida de control.
La Familia Real: Manejando la Crisis
Los cargos contra Marius plantean una situación delicada para el rey Harald y toda la familia real. Dado el carácter grave de las acusaciones y la existencia de incidentes similares en el pasado, la situación podría deteriorarse en un problema mayor para la familia real si se aborda de manera defensiva.
La familia real noruega, al igual que los parientes de Windsor en el Reino Unido, es esencialmente una empresa familiar. En una situación similar, la mayoría de las otras empresas establecería un equipo de crisis para un control completo. Sin embargo, esto no es el enfoque aquí, ya que se ha decidido tratar el caso como un asunto privado, ignorando su impacto en la monarquía.
La Monarquía: Implicaciones y Responsabilidad
En conclusión, la crisis en curso podría tener implicaciones significativas para la monarquía noruega, según cómo se aborde. Es responsabilidad del rey mantener tanto la institución que lidera como el orden dentro de su hogar, según la Constitución. Si no puede hacerlo debido a su edad, es su deber delegar ese papel a otros. Sin embargo, no parece que se haya tomado esta medida, lo que ha llevado a críticas de la familia real por parte de los medios noruegos.
Es incierto lo que sucedió dentro del Palacio después de que se revelara la falta. Sin embargo, no hay duda de que la responsabilidad nominal reside con el rey Harald, el CEO de la empresa. Por lo general, surgirían preguntas sobre la estrategia de administración de Harald o las acciones del príncipe heredero Haakon para optimizar la gestión de crisis una vez que se enteró de que su hijastro había sido arrestado por la policía y acusado de agresión. Todo lo que sabemos es que Haakon continuó con su viaje programado a París para los Juegos Olímpicos, mientras que su esposa inicialmente permaneció en Oslo.
Los detalles de cuándo y en qué medida la pareja real fue informada remain unclear. Perhaps they attempted to shield the 87-year-old, fragile king during his holiday. Maybe they felt capable of managing it without his involvement. Then again, Harald still holds the position of royal family's leader, and the Marius scenario isn't the sole scandal disrupting the surface. At the end of August, his daughter Martha Louise will tie the knot with her controversial fiancé, Durek Verrett, a self-professed shaman who frequently makes headlines due to his questionable public comments and activities.
¿Es hora de un cambio de poder?
El rey también parece extrañamente inactivo en este contexto. Las preocupaciones sobre si aún posee la capacidad de cumplir con sus responsabilidades han surgido por primera vez en los medios noruegos después de la declaración de enero de Harald sobre la abdicación, cuando su casi pariente mayor, la reina Margrethe de Dinamarca, entregó el trono a su hijo, Frederik.
Es innegable que el caso penal contra Marius Borg Høiby representa un evento sin precedentes en la historia moderna de las monarquías europeas. Si bien siempre han existido escándalos, ninguno ha sido público en cuanto a la violencia, y menos aún en contra de una mujer de la familia inmediata. Esto refleja mal sobre la familia real noruega, lo que sugiere que una persona que creció en supuestas circunstancias ideales dentro de sus filas desarrolló tales problemas mentales y aparentemente se dejó luchar sola con ellos.
Si hubo incidentes violentos similares en el pasado y era evidente que Marius estaba emprendiendo un camino peligroso, el rey como monarca y jefe de familia debería haber intervenido mucho antes, possibly alongside the crown prince couple and the biological father. Even if this leadership flaw won't cost Harald his throne, it will undeniably cause significant harm to the Norwegian monarchy's reputation.
A pesar de la vida personal tumultuosa de Marius Borg Høiby, una vez fue una figura destacada en la familia real, apareciendo junto a Haakon de Noruega durante su boda de agosto. Sin embargo, las recientes acusaciones de violencia física, abuso de sustancias y cargos legales han empañado la relación de Marius con la madre de Haakon, Mette-Marit. A la luz de estos eventos, surgen preguntas sobre la capacidad de la monarquía noruega para manejar tales crisis y mantener su reputación.