Jan Ullrich habla de sus años de dopaje
Jan Ullrich es uno de los grandes ídolos deportivos del país, luego la estrella del ciclismo se estrella. Ahora habla abiertamente del dopaje, las drogas, las escapadas y su redescubierta hambre de vivir.
En 1997, Jan Ullrich se enfunda el maillot amarillo del Tour de Francia en Andorra-Arcalís. Pocos días después, el joven de 23 años se convierte en el primer alemán que gana el mayor espectáculo ciclista del mundo. Ullrich asciende a la categoría de ídolo deportivo nacional. Pero no puede permanecer allí mucho tiempo: Delitos de dopaje, drogas, exclusión del Tour, despido del equipo Telekom: el legado deportivo de la estrella del ciclismo se vio dañado muy pronto.
Las cosas empeoraron aún más tras el final de su carrera: Ullrich provocó un accidente de coche bajo los efectos del alcohol, bebía "whisky como agua" y consumía grandes cantidades de cocaína. En 2018, tras separarse de su mujer Sara, sufrió un colapso: alcohol, drogas, nicotina. "La caída de 2018 casi me cuesta la vida, perdí mucho", dice Ullrich en una entrevista con la revista Stern publicada este jueves. "No estuve lejos de la muerte. No quise ver en ese momento que iba camino de destruirme". Era "un misterio para él cómo era capaz de soportarlo".
"¿Cómo quería competir entonces?".
Reprimió su propia carrera de dopaje en lugar de asumirla. Estuvo a punto de quebrarse. Ahora habla largo y tendido sobre su pasado de dopaje, que siempre había negado durante muchísimos años: "Si quieres mantenerte, tienes que participar", dice Ullrich en "Stern". El dopaje le parecía "completamente normal" en aquella época. "La actitud general era: si no lo haces, ¿cómo puedes competir en una carrera? La percepción generalizada entonces era que si no lo hacías, sería como ir a un tiroteo armado sólo con un cuchillo". No tardó en sucumbir a esta compulsión tras unirse al Team Telekom como profesional en 1995.
Durante y después de su carrera, Ullrich, que fue condenado por dopaje, siempre se defendió en público afirmando que no había engañado a nadie, aunque la fiscalía anunció inequívocamente en 2008: "Nuestra investigación a lo largo de 21 meses ha revelado que Ullrich se dopó: Ullrich se dopó". No se presentaron cargos y el caso se archivó tras un pago de 250.000 euros. En 2013 confesó, al menos parcialmente, que había "utilizado tratamientos de Fuentes", es decir, que se había dopado con su propia sangre.
"Te convierte en un monstruo"
Mientras antiguos compañeros de equipo como Erik Zabel, Rolf Aldag y Jörg Jaksche hicieron confesiones de dopaje de diversa calidad a lo largo de los años, Ullrich dio largas y nunca confesó. A veces, es un espectáculo absurdo ver a Ullrich dando vueltas a las palabras "¡Me dopé!", mientras estrellas de su generación se deshacen en informaciones sobre sus propias prácticas de dopaje. Hoy, el propio Ullrich lamenta no haber confesado antes, dice. "En 2006 no pude hablar porque no quería ser un traidor". Este escenario se le planteó una y otra vez: "Los abogados me dijeron: o sales y lo rompes todo, o no dices nada. En aquel momento, me decidí por la segunda recomendación. Porque destrozarlo todo habría significado arrastrar a mucha gente conmigo".
Puso fin a su carrera en 2007, un año después de que su equipo, el T-Mobile, le suspendiera un día antes del inicio del Tour de Francia debido a nuevas revelaciones sobre dopaje. "Mi pasado pesaba tanto en mi mente. Era tan grande y tan agobiante", declaró hoy Ullrich a "Stern". En la entrevista, el ex ciclista profesional también describe sus relaciones con las drogas y el alcohol, en particular la interacción entre el whisky y la cocaína. "Saca a relucir todas tus malas cualidades. Te convierte en un monstruo en poco tiempo". "No fue fácil guardar silencio durante tantos años", dice hoy Ullrich.
"Quiero ver crecer a mis hijos"
El impulso para el regreso está en la familia. Fue la amenaza de su mujer de que ya no podría ver a sus hijos lo que le impulsó a buscar tratamiento médico en 2018 -después del "colapso total"-. "Quiero ver crecer a mis hijos", dice el antiguo ídolo del ciclismo, que inspiró a millones de alemanes a finales de los años 90 antes de ser arrastrado fuera de los Juegos Olímpicos deportivos más despiadadamente que casi nadie antes que él. Ullrich tiene cuatro hijos. Junto con su ex esposa Sara, Ullrich tiene tres hijos. También tiene una hija de su anterior relación con Gaby Weis.
El caído y -así lo espera él mismo- recuperado héroe del ciclismo dice a la revista "Stern" que todas las caídas han quedado atrás. "Gracias a Dios salí de la historia con buena salud. Me alegro de haber vuelto, de tener los dos pies en el suelo. Y de que también haya encontrado la fuerza para retomar mi vida o limpiar mis actos". Ullrich está bien hoy, ha superado el "infierno", como él llamaba a los años anteriores a tocar fondo.
Fuente: www.ntv.de