Jan Ullrich: ascenso y caída de un héroe del deporte alemán
Cuando Jan Ullrich subió irresistiblemente las rampas de Andorra-Arcalis aquel día de verano del 15 de julio de 1997, toda Alemania se sumió de repente en la fiebre del ciclismo. El simpático chico de Rostock con el pelo rubio rojizo y pecas en la cara se hace con el maillot amarillo en el Tour de Francia y no se lo quita hasta París. "Voilà le Patron", titula la organización del Tour "L'Équipe", hablando del "Boris Becker del ciclismo".
Éxito y emocionantes duelos con Armstrong
A partir de entonces, millones de personas se reúnen frente al televisor cada mes de julio y sufren durante horas con Ullrich mientras escala los colosos de los Alpes y los Pirineos. Patrocinadores y organizadores hacen cola. Ullrich es el preferido de todos, la estrella del pop sobre dos ruedas. El compañero al que le gusta ir a tope en invierno y cargar con unos kilos de más.
Se sucedieron emocionantes duelos con su gran adversario Lance Armstrong, pero al final siempre fue un poco más rápido. El tejano, obsesionado y curado de cáncer, ganó siete veces el Tour de Francia, utilizando medios no autorizados, como se supo más tarde. La popularidad de Ullrich no se resintió por ello. Además de su victoria en la general en 1997, Ullrich acaba segundo en el Tour en cinco ocasiones. Se proclama campeón del mundo y campeón olímpico.
Fin de su carrera tras el escándalo Fuentes
Cuando Ullrich vuelve a intentar el trono del Tour tras el final de la carrera de Armstrong en 2006, los informes procedentes de España sobre la "Operación Puerto" a gran escala causan gran revuelo. Ullrich es desenmascarado como cliente del médico dopante Eufemiano Fuentes y se le retira del campo de salida antes del Tour. Su equipo, el T-Mobile, echa el freno de emergencia y la carrera de Ullrich se acaba de un plumazo. Muchos de sus antiguos compañeros de equipo, como Erik Zabel y Rolf Aldag, confiesan haberse dopado. Lo único que se oye de Ullrich es la misma frase: "Yo no he engañado a nadie". Guarda silencio, posiblemente por miedo a las consecuencias económicas.
Ullrich se retira. En 2010, anuncia en su página web que sufre el síndrome de burnout. En 2012, el Tribunal Internacional de Arbitraje Deportivo (TAS) cerró su caso judicial con una prohibición y le retiró todos sus éxitos desde el 1 de mayo de 2005. Poco después, Ullrich admite al menos los tratamientos de Fuentes en una entrevista con "Focus". Mientras tanto, un informe de 2013 de la comisión antidopaje del Senado francés determinó que había utilizado Epo durante el Tour de 1998, lo que ya no es relevante según la legislación deportiva.
Accidente en Mallorca
El nombre de Ullrich está condenado al ostracismo por los medios de comunicación, los patrocinadores y los organizadores de eventos. Tan alto como una vez fue aclamado, tan baja es ahora su caída. Sólo para los aficionados sigue siendo el popular "Ulle", al que todavía celebran al borde de la carretera durante el desvío del Tour en Alemania en 2017. Ullrich se traslada a Mallorca con su mujer y sus hijos, pero después de 13 años, su matrimonio se rompe.
Ullrich se rodea de personajes de dudosa reputación, la cocaína y el whisky dominan su vida. Tras una discusión con su vecino y estrella de televisión Til Schweiger, Ullrich acaba en la cárcel durante una noche y poco después en una clínica privada para trastornos adictivos. Uno de los primeros visitantes es Armstrong, que ayuda a su antiguo rival.
Un nuevo comienzo en Alemania
Ullrich regresa a Alemania y vive recluido en Merdingen, cerca de sus cuatro hijos. Quiere dejar atrás su agitada vida. "Estuve en el cielo y en el infierno. Ahora estoy de vuelta en la tierra, camino del centro", dice Ullrich a Stern. En diciembre cumplirá 50 años. Antes, quiere contar cómo sucedió todo en el documental "Jan Ullrich - The Hunted", que podrá verse en Amazon Prime a partir del 28 de noviembre. Un paso que probablemente habría sido mejor dar hace 17 años.
Fuente: www.dpa.com