Incluso los patólogos tienen oscuros secretos
Los patólogos forenses suelen tener un papel secundario claramente definido en "Tatort": tienen que ser un poco raros para aligerar el ambiente en el departamento de patología con sus ocurrencias. "El perdón" convierte al compinche en protagonista.
Los patólogos forenses suelen tener un papel secundario claramente definido en "Tatort": tienen que ser un poco raros para aligerar el ambiente miserable del departamento de patología con sus bromas. "Perdón" convierte al compañero en protagonista.
¿Qué ocurre?
El cadáver de un hombre de mediana edad aparece en el Neckar. Como esto ocurre una y otra vez, los detectives de Stuttgart Bootz (Felix Klare) y Lannert (Richy Müller) no están muy entusiasmados al principio. Sólo el Dr. Vogt (Jürgen Hartmann) está visiblemente conmocionado: el patólogo forense conocía al muerto y ambos eran íntimos amigos en los años ochenta.
El patólogo investiga por su cuenta, ahondando cada vez más en aspectos que había reprimido durante décadas. Bootz y Lannert no tardan en darse cuenta de que el Dr. Vogt arrastra consigo un oscuro secreto: ¿Qué les oculta su antiguo colega? ¿Y qué tiene que ver Sandra, la mujer del fallecido (Ulrike C. Tscharre), en todo este asunto?
¿De qué se trata realmente?
En "Tatort" y "Polizeiruf", los patólogos son tradicionalmente personajes bastante graciosos y, por lo general, algo estrafalarios. En "Vergebung", el compinche se convierte en protagonista y principal sospechoso: "De repente me veo atrapado en las tenazas en las que normalmente están atrapados los sospechosos", dice el actor de Vogt sobre su papel en la película. Y a Hartmann le sienta de maravilla.
¿Momento de despiste?
Hay cosas que simplemente no funcionan en "Tatort": la poesía, por ejemplo. El hecho de que aparezca varias veces un poema del poeta suizo del siglo XIX Conrad Ferdinand Meyer no lo hace mejor: "Hace poco en un sueño vi sobre las olas / Un barco sin remos tirando (...) Corazón, te bebo el olvido". Exacto, olvidémonos de todo.
¿Factor sorpresa?
La escena en la que el Dr. Vogt abre con una sierra el cráneo de su amigo de la infancia, dividido entre la profesionalidad, el sentimiento de pérdida y la culpa.
¿Qué tal?
8 puntos sobre 10. "El perdón" es un caso atípico con una gran interpretación de Jürgen Hartmann. La película crea un ambiente fascinantemente melancólico a pesar de las más magníficas imágenes veraniegas. Sólo en el final flaquea un poco.
Fuente: www.ntv.de