Expertos de la ONU advierten de las tormentas de arena: "Un problema subestimado"
Expertos de la ONU han advertido de los peligros de las tormentas de arena y polvo. Según anunció el miércoles la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), con sede en Bonn, se trata de un problema infravalorado que está aumentando drásticamente en algunas partes del mundo. Una parte significativa del problema se debe a la actividad humana y se necesitan respuestas políticas mundiales y regionales.
Las tormentas de arena están causando daños devastadores en el norte y centro de Asia hasta África, según la Convención. El suelo se está erosionando en las zonas afectadas y los cultivos se están echando a perder. Según los expertos de la UNCCD, además de las consecuencias económicas resultantes, también puede haber problemas de salud, como enfermedades respiratorias. Aunque hay beneficios limitados -las tormentas de arena también transportan nutrientes del suelo de los que se benefician otras zonas-, éstos no compensan ni de lejos los daños.
Según la UNCCD, los efectos del fenómeno también se extienden mucho más allá de las regiones de origen: según las estimaciones, cada año se liberan a la atmósfera dos mil millones de toneladas de arena y polvo en todo el mundo. Una de las principales fuentes es el mar de Aral, en Asia Central: allí se levantan cada año más de 100 millones de toneladas de polvo y sales tóxicas. La UNCCD se reúne en Samarcanda (Uzbekistán) hasta el viernes.
Los efectos a largo plazo sólo están documentados de forma limitada
Según los expertos de la UNCCD, el hecho de que el fenómeno se subestime como riesgo de catástrofe en algunas partes del mundo se debe probablemente a que en muchos casos no hay víctimas mortales inmediatas. A su vez, los efectos sanitarios, económicos y de otro tipo a largo plazo sólo se documentan de forma limitada. Según los expertos de la CNULD, el problema se agrava por el uso incorrecto de la tierra y el agua, las sequías y el cambio climático.
"Pero al igual que las tormentas de arena y polvo se ven exacerbadas por la actividad humana, también pueden reducirse mediante la acción humana", afirma Ibrahim Thiaw, Secretario Ejecutivo de la CNULD, en un comunicado de prensa. En concreto, el uso sensato del suelo y el agua debería garantizar más vegetación y proteger los suelos. También es necesario un sistema de vigilancia y alerta temprana.
Fuente: www.dpa.com