¡Enhorabuena por tus 20 años, Klaus Borowski!
Heavy metal en el día de honor: el detective "Tatort" de Kiel fue llevado a la tierra sagrada del Festival de Wacken con motivo del aniversario. Borowski investigará una vez más en 2024, después llegará el momento de despedirse.
30 de noviembre de 2003: Australia vence a España por 3:1 en la final de la Copa Davis. Se sortean en Lisboa los grupos de la Eurocopa 2004. Se proyecta en el cine "Master and Commander" con Russell Crowe. En las listas alemanas de singles, Overground supera a Alexander y Sarah Connor. Y en ARD, el inspector Klaus Borowski de Kiel entra en funciones.
"Padres" es el nombre del episodio "Tatort", dirigido por Thomas Freundner, Borowski (Axel Milberg) resuelve su primer caso en Kiel. "Genial", un detective con asperezas. Conclusión: un exitoso viaje inaugural de "Tatort"", elogia "TV Spielfilm". En las dos décadas siguientes, el solitario de la serie policíaca más septentrional se ganaría un puesto permanente entre los grandes nombres de las series, y su popularidad sería tan cambiante como el tiempo en el fiordo. Algunos lo adoran por su malhumor y sus maneras latentemente torpes, mientras que otros se echan las manos a la cabeza cuando lo ven.
Casi nada ha cambiado en el caso del "niño inocente de Wacken", así que es difícil saber cómo serán las cosas cuando Borowski se retire el año que viene, tal y como se ha anunciado. Es bastante concebible que sea similar a la marcha de, digamos, Olli Kahn de la Bundesliga. Alguien polémico y polarizador, al que a veces deseabas el infierno. Pero en cuanto se va de verdad, ya se le echa de menos, palabra clave: ya no hay tipos de verdad.
Borowski ha pasado por mucho
Borowski siempre fue un tipo durante sus años de servicio, no hay casi nada que decir en contra de eso. Ya sea al lado de su querida psicóloga Frieda Jung (Maren Eggert), como adversario del "invitado silencioso" (Lars Eidinger) o como invitado al festival Lucia en una escuela danesa.
Borowski ha pasado por mucho, eso es seguro. ¿Qué le sigue gustando hoy al propio Milberg de su alter ego? "En los mejores guiones veo su seco sentido del humor, que tiene porque ya sabe mucho y puede clasificarlo correctamente. No emite juicios precipitados, escucha, observa, a veces hace el ridículo, no le gusta disparar tanto, así que no es lo bastante descarado y acalorado para algunos. Pero eso es lo que me gusta de él. El bien y el mal no son su tema, sino el por qué y el cómo".
Frank Beckmann, director de programas de la NDR, lo ve de forma parecida: "Su talante reservado, sus métodos poco convencionales y sus raíces noralemanas le han convertido en un investigador popular y auténtico. Borowski se sumerge a fondo en los casos y no ceja hasta descubrir la verdad. Siempre muestra su lado humano y es extraordinariamente empático con las víctimas y los testigos de los crímenes".
¿Otro piercing o tatuaje?
En realidad, la locura de la noche de Wacken habría sido perfecta para un gran final, al menos en teoría. Borowski en su último caso, seguido de stage diving con Judas Priest, bebiendo cerveza de una bocina y duchándose en público con una botella de Jägermeister, y un piercing justo antes de irse. O un tatuaje. Eso habría sido todo. En vez de eso, Borowski habla de salchichas de hígado caseras...
En serio, no tienes que ir a Wacken para eso. Incluso la escena del final, para la que Borowski y Schladitz, su jefe -con una camiseta incalificable con "Heavy Metal Over All" escrito en ella- se colocan en la parte delantera del foso, sólo puede salvar un poco. Pero no importa, como dijeron una vez los New York Dolls: Algún día nos complacerá recordar incluso esto. En ese sentido: una más, Borowski, y es hora de dar por terminado el día.
Fuente: www.ntv.de