El poder detrás del trono de Marc Márquez en MotoGP
Márquez ha batido récord tras récord en su relativamente corta carrera y ha redefinido lo que es posible a los mandos de una multimillonaria MotoGP.
A lo largo de la trayectoria del catalán de 26 años en la categoría reina, Hernández ha sido su sombra. En cualquier fin de semana de MotoGP, el afable piloto de 44 años está allí, portapapeles en mano, susurrando consejos al oído de Márquez y dirigiendo la intensa actividad en el garaje a su alrededor. Los dos parecen inseparables, amigos con un vínculo inquebrantable.
El propio Márquez habla con evidente afecto de su compañero español. "Empecé a trabajar con él en 2011", cuenta el pluricampeón a CNN Sport. "Por supuesto, en ese tiempo, ha habido grandes momentos, malos momentos, pero es como si no fuera mi jefe de mecánicos, es mi amigo".
Como un matrimonio
Pero la mayoría de los amigos no tienen que desempeñar el papel de policía bueno y malo a la vez como jefe de mecánicos de un campeón del mundo.
"Lo que pasa es que hay que separar la relación personal", explica Hernández a CNN Sport.
"Cuando empiezo, no quiero ser amigo del piloto, porque esto es un trabajo, estamos en un mundo profesional. Seas buen amigo o no, cuando estás con un campeón, o con cualquier piloto, ellos quieren el resultado."
La personalidad no cuenta para nada, dice: "Puedes ser simpático, un tío gracioso, pero al final, si no estás haciendo bien tu trabajo...", Hernández sonríe, silba y hace un gesto con el pulgar, "estás fuera".
El jefe de equipo es generoso y atribuye a Márquez el mérito del vínculo especial que une a ambos.
"Puedes estar 10 años con un piloto y nunca ser amigo, la relación es sólo profesional. Con Marc es diferente", dice Hernández.
"Pero no quiere decir que todo esté bien cuando trabajamos; muchas veces nos peleamos, muchas veces buscamos cuál es la mejor manera de hacer algo, y muchas veces no estamos de acuerdo... pero esto forma parte del trabajo".
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El periodista David Emmett, una de las voces preeminentes del paddock de MotoGP y editor del influyente sitio MotoMatters, ha visto florecer la relación entre Hernández y Márquez.
"Realmente es como un matrimonio exitoso", dijo Emmett a CNN Sport. "Marc confía en Santi y Santi está abierto a las ideas de Marc. Pasan horas cada día analizando datos, discutiendo formas de mejorar todos los aspectos de la carrera, tanto en la pista como en casa".
"Ganan juntos y pierden juntos, aceptan juntos los elogios y las culpas".
El gusanillo de las carreras
Hernández nació en el mundo de la ingeniería -su padre trabajaba como mecánico- y de niño corría en scooters. Su hermano corrió en el campeonato español, pero el joven Hernández estaba más interesado en el fútbol que en MotoGP. Llama la atención la frecuencia con la que utiliza el fútbol como analogía de su trabajo.
Poco a poco le fue entrando el gusanillo de las motos. Cuando era adolescente, tuvo un golpe de suerte.
Mientras estudiaba mecánica y trabajaba en un taller, le surgió la oportunidad de trabajar en Showa, el legendario fabricante de suspensiones.
"Necesitaban a un chico joven para un aprendizaje y para enseñarle todo lo relacionado con las suspensiones, y yo tuve la suerte de que conocía a algunas personas que trabajaban en el mundial y me dieron la oportunidad. Y ahora, aquí estoy".
El calendario de MotoGP es muy duro. Con 19 carreras en los cinco continentes, los equipos recorren más de 76.000 millas (123 kilómetros) a lo largo de una temporada.
Es suficiente para poner a prueba a cualquiera, y Hernández admite que puede ser duro.
"Tengo una hija, ella vive en Londres, yo estoy en Barcelona; pero no es sólo mi hija, tengo a mi pareja, mi padre, mi hermano, mis tíos, toda la familia, necesitas eso".
Entre carrera y carrera, el barcelonés Hernández intenta volver a casa siempre que puede, pero no siempre es posible.
"Depende: por ejemplo, las tres últimas carreras de la temporada, en Asia, te adelantas, porque estás tres semanas seguidas fuera", explica.
"Ahora mismo, prefiero irme a casa entre carrera y carrera, aunque sólo sea una semana o cinco días. Por supuesto, cuando era más joven, me gustaría quedarme, porque todo es nuevo, pero después de 22 años, no tanto."
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Sin tregua
Incluso fuera de temporada, hay poco respiro.
Hay un test de post-temporada en noviembre, un análisis de cómo lo ha hecho el equipo que hay que llevar a cabo, así como sesiones informativas con los ingenieros japoneses de cara al próximo campeonato.
Pero, dice Hernández, el descanso es vital.
"Es como los pilotos", dice. "Tienen que parar, no pueden seguir en el gimnasio, mantener la condición física todos los días, porque también necesitan recuperarse.
"Yo también: necesitas desconectar, es decir, tomarte dos o tres semanas, disfrutar con la familia, con los amigos, porque este trabajo es muy sacrificado, porque no haces nada con los amigos de la familia, así que por eso, ese tiempo es muy importante para recargar las pilas".
La era Márquez ha sido dorada para Honda, y el fabricante domina el deporte. Pero el éxito, explica Hernández, sólo aumenta la presión.
"Es como en el fútbol, cuando estás en un equipo que tiene que ganar la liga, el campeonato, la liga europea, todo, si no ganas nada es un desastre".
"Aquí es lo mismo. Cuando estás con un piloto como Marc, cada año empiezas la temporada pensando en ganar el campeonato del mundo, no en acabar entre los cinco primeros. Cada vez que no consigues tu objetivo, no es un buen resultado".
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La presión de ganar
Hernández cree que ver un resultado en su contexto es vital después de una carrera, pero también dice que la presión es importante.
"Por supuesto, después de la carrera tienes que mirar el panorama general, porque pueden pasar muchas cosas, a lo mejor acabas tercero, pero está bastante bien porque a lo mejor hay muchas caídas, o una lesión, muchas cosas.
"Pero cuando estás con un piloto como Marc, sólo hay una cosa: ganar. Pero en el momento en que no siento esa presión, me tengo que ir a casa, no puedo estar aquí".
Las carreras sobre dos ruedas están, por su naturaleza, muy influenciadas por el tiempo. En el MotoGP de las Américas celebrado en abril en Austin, los equipos se enfrentaron a condiciones de lluvia, sequía y viento en diferentes días.
¿Qué ocurre cuando un equipo se enfrenta a estas previsiones meteorológicas?
"Bueno, sí, dices 'j***'", se ríe Hernández. "Lo que pasa es que la moto nunca es perfecta. Siempre quieres mejorar, mejorar y mejorar, y aunque tengas 10 días, necesitas uno más.
"Esto es lo mismo en un fin de semana de carrera. Si mañana todas las sesiones son en mojado y el domingo es en seco, sólo tienes dos sesiones para hacer la puesta a punto de la moto.
"Tienes que adaptarte a las condiciones meteorológicas, y quizás sacrificar algunas cosas hoy para estar preparado, y centrarte en las cosas más importantes, como los neumáticos, la puesta a punto de la moto, así que vale, quizás no llegues en las mejores condiciones, pero para tener la mejor idea de lo que podemos hacer el domingo".
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En cualquier fin de semana de carrera, el trabajo en equipo es clave, explica Hernández.
"Mi trabajo, mi puesto, es un poco como el del entrenador en el fútbol, pero alrededor del entrenador hay mucha gente, que está trabajando muy duro, y sin eso es imposible".
"Un tipo como yo es la cara, pero en ese momento todos los mecánicos están bajo presión. Tienen que montar rápidamente la moto, no pueden equivocarse. Tienen que preparar, o reparar la moto, o cambiar un neumático en el último momento".
El papel del jefe de equipo es absolutamente crucial para el éxito potencial de un equipo, según Emmett.
"Es difícil exagerar lo importante que es el papel de Santi Hernández. Un gran jefe de equipo puede escuchar lo que dice el piloto sobre las sensaciones y la respuesta de la moto y traducirlo en cambios técnicos para hacerla más rápida. Eso exige confianza, comunicación y una relación muy fuerte".
Márquez dice que la relación va más allá de la tecnología. "Por supuesto, hablamos de cosas técnicas, pero también me ayuda sobre cosas mentales, sobre la vida, y esa relación profesional se convierte en una relación muy amistosa".
Fama
Hernández es una figura inconfundible en el paddock de MotoGP, pero - a pesar de algunas suaves burlas del jefe de prensa de Honda durante la entrevista de CNN Sport, insiste en que su fama se limita a la pista.
"En el circuito, por supuesto, quiero decir, la gente que viene al circuito, sigue MotoGP, y si sigues a Marc, o sigues a otros pilotos... conoces al equipo... se te acercan", dice.
"Luego, en casa, a lo mejor vas a un restaurante una vez, y alguien se te acerca y está viendo MotoGP y te dice 'ah, estás trabajando con Marc', y así sucesivamente.
"Yo no soy la estrella, somos un equipo y tenemos que trabajar en la misma dirección. Es como yo digo, soy la persona que todo el mundo conoce, y la gente piensa que lo hago todo. Pero sin el resto de la gente, es decir, los ingenieros de atrás y mucha gente, no soy nada".
Incluso después de 22 años en el paddock, y con un calendario agotador que llevaría al límite a cualquiera, Hernández dice que la vida lejos de MotoGP es impensable.
"Esto es una droga", se ríe. "Estoy completamente, cómo decirlo en inglés... adicto. Ahora es como si tuviera que ir al hospital para quitarme esa adicción. Pero por ahora, no pienso en eso".
Sea lo que sea lo que le depare el futuro, Márquez dice a CNN Sport que la relación con Hernández perdurará. "Si ahora dejara de correr él sería uno de los mejores amigos de mi vida".
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Fuente: edition.cnn.com