Kenia - El legendario elefante toro Ahmed: un rey con guardaespaldas animales y humanos
El monte Marsabit se eleva en lo alto de los matorrales del norte de Kenia. A sus pies hay un parque nacional que lleva su nombre y que durante mucho tiempo fue el hogar de otro coloso legendario de la región: el elefante toro Ahmed. Hay muchas leyendas en torno a Ahmed, como escribió en su día National Geographic en un retrato del animal. Según una de ellas, sus colmillos eran tan enormes y largos que supuestamente Ahmed sólo podía subir una colina de espaldas.
Aunque la leyenda nunca se ha demostrado, existen varias fotografías de los largos colmillos del toro. A principios de la década de 1970, Ahmed y sus colmillos se dieron a conocer en todo el mundo a través de varios documentales de televisión.
El elefante toro Ahmed tenía varios guardaespaldas
Según el informe, Ahmed siempre tenía dos elefantes toro más pequeños a su lado, a los que los lugareños consideraban sus guardaespaldas y se comportaban en consecuencia. Tras la fama televisiva llegaron los protectores humanos: El entonces Presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, declaró a Ahmed monumento viviente tras una campaña de envío de cartas por parte de escolares. Para protegerlo de los cazadores furtivos, cinco guardabosques armados vigilaron las veinticuatro horas del día al tesoro nacional, que a partir de entonces fue conocido como el "Rey de Marsabit".
Ahmed murió de causas naturales unos años más tarde, su edad se estimó en unos 65 años. A pesar de la protección animal y humana, se descubrieron en su cuerpo viejas balas de rifle, reliquias de una vida arriesgada. El esqueleto y los colmillos de Ahmed se encuentran ahora en el Museo Nacional de Nairobi, y frente a él se alza una réplica en fibra de vidrio del famoso coloso. Ahmed sigue siendo considerado hoy un símbolo de la necesidad de proteger a los elefantes keniatas en peligro de extinción.
Fuente: "National Geographic" (archivado), Google Arts and Culture
En la galería: Las especies animales en peligro de extinción no sólo se encuentran en regiones como la Antártida o en las selvas tropicales. Las condiciones en nuestras latitudes también son problemáticas en algunos casos. Así lo demuestra el balance del WWF sobre ganadores y perdedores en el mundo animal.
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Fuente: www.stern.de