Procesos - "El buen Sr. Lehmann" - juicio por la disputa de la motosierra
"Hay que mirarlo por el lado divertido", dice Walter Winkelmann, de 92 años, y se ríe. Al fin y al cabo, trabajaron juntos bastante bien durante un tiempo: "¿no es así, señor Lehmann?".
Winkelmann describe con bastante humor cómo su yerno le llamó desde Berlín el 25 de julio de 2022, porque la cámara de vigilancia de la casa del anciano en Berg am Starnberger See había enviado imágenes al teléfono móvil de su yerno. En ellas se veía al ex guardameta nacional Jens Lehmann con una motosierra en la mano.
Probablemente se había subido a un andamio para cortar un panel solar que alimentaba la cámara, explica Winkelmann. "Pero aún le quedaba algo de vida", añade Winkelmann, de 92 años. "Y esa fue la mala suerte en la que desgraciadamente no pensó".
Se trata de un juicio extraordinario que comenzó el viernes en el tribunal de distrito de Múnich. El ex portero y héroe del Mundial de 2006, que triunfó sobre los goleadores argentinos en cuartos de final con la ayuda de su famosa chuleta de los penaltis, ha sido acusado de allanamiento de morada, daños a la propiedad, injurias e intento de estafa.
La fiscalía y su vecino suponen que Lehmann entró en el garaje con una motosierra para serrar una viga del tejado. También habría talado un "abedul joven" en la propiedad de su vecino, a petición de éste, según Lehmann. El vecino lo ve de otro modo: "Lo taló", dice Winkelmann y pregunta a Lehmann si quiere los restos del abedul para leña. Calcula los daños totales en 1.500 euros.
Se dice que antes hubo una larga disputa vecinal, sobre todo por la construcción del nuevo garaje. Según Winkelmann, instaló la cámara de vigilancia porque había habido tres ataques a su garaje por parte de desconocidos.
"Hay alegatos animados", dice el hombre de 92 años y habla de "seis kilos de carpetas Leitz". Sin embargo, es "en realidad un vecino muy complaciente". "Mi querido vecino", dice del ex portero de la selección nacional de fútbol y "el bueno del señor Lehmann".
El vídeo de vigilancia, que también se proyecta en la sala, muestra a Lehmann primero pasando por delante de la propiedad en una scooter y luego volviendo con una motosierra. Sujeta la motosierra a una viga del tejado y el vídeo se interrumpe.
El viernes, el fiscal Stefan Kreutzer pregunta a Lehmann, que ahora describe su profesión como "entrenador de fútbol en paro", por qué utilizó la motosierra en la viga de madera. Respuesta: "No me acuerdo". Sin embargo, el hombre de 54 años subraya que nunca entró en el garaje con la intención de causar daños. "Sólo entré para ver qué hacía realmente allí".
Y sólo llevaba consigo la motosierra porque antes había podado un seto a petición de su vecino. "Todavía la tenía en la mano".
Lehmann, que jugó profesionalmente en el FC Schalke 04, el Borussia Dortmund y el Arsenal FC de Londres, se considera víctima de falsas acusaciones y difamaciones y habla de character assassination. Un filósofo se preguntó una vez: "¿Qué es peor? ¿Asesinato o difamación?", dice en su largo discurso tras la lectura de la acusación.
Se siente completamente incomprendido no sólo en el caso de la motosierra, sino también en los demás cargos. En marzo de 2022, supuestamente insultó a los agentes de policía que acudieron a su domicilio para confiscarle el permiso de conducir. La agente en cuestión declaró ante el tribunal que Lehmann la había llamado "mentirosa astuta" y la había acusado de tener un "cerebro defectuoso". Recordaba bien el incidente porque pocas veces había vivido algo parecido.
Lehmann replicó que sólo le había preguntado si podría tener un fallo cerebral. No lo había afirmado. Y tampoco la había llamado mentirosa. Sólo dijo que mentía. No fue "muy amable", dice, y pide disculpas por su comportamiento aquel día. Pero no fue un delito. Ya lo había aprendido en el tribunal deportivo, y lo recordaba bien.
En respuesta a la acusación de que había salido de un aparcamiento del aeropuerto sin pagar la tasa de estacionamiento -parachoques contra parachoques con un coche delante-, responde que no había sido intencionado. Esperó la factura del aparcamiento, pero nunca llegó.
En el centro del juicio, sin embargo, está la extraña disputa vecinal, que ya se ha resuelto, como subrayó el abogado de Lehmann, Christoph Rückel, en una declaración de la defensa tras la lectura del acta de acusación. "Fue una acción en la que la frustración jugó un papel importante por ambas partes, pero la escalada ha terminado". Ambos han llegado a un acuerdo civil. El vecino recibió 60.000 euros, según consta en el acuerdo, que el juez también leyó en el juicio penal.
El tribunal ha fijado dos días para el juicio contra Lehmann, que en sus verborreicas declaraciones lanzó repetidas acusaciones contra la fiscalía.
En su opinión, existe un "doble rasero". Si quería presentar cargos contra alguien, siempre se archivaban las diligencias, pero nunca se retiraron los cargos contra él. El fiscal Kreutzer rechaza las acusaciones y dice "que usted, señor Lehmann, es una persona que no cumple la ley en el extremo inferior de la responsabilidad penal, sino que quiere hacer caso omiso de ella".
El veredicto podría llegar el 22 de diciembre, justo antes de Navidad. Sin embargo, el vecino de Lehmann espera que el acuerdo ponga paz entre él y el ex guardameta vecino antes de esa fecha. La disputa le ha costado "mucho tiempo, nervios y dinero". Pero: "Hay que verlo con humor".
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Fuente: www.stern.de