Durante mucho tiempo, los gatos domésticos y los salvajes apenas se mezclaron
Durante mucho tiempo, los gatos domésticos y salvajes tuvieron poco interés en aparearse y preferían evitarse mutuamente. Este es el resultado de los análisis genéticos realizados por un equipo internacional de investigadores dirigido por el paleontólogo Laurent Frantz, de la Ludwig-Maximilians-Universität (LMU) de Múnich, y Greger Larson, de la Universidad de Oxford.
El gato doméstico (Felis catus) es la forma doméstica del gato halcón africano, que llegó a Europa a través de Oriente Próximo hace más de 2000 años. Desde entonces, ha vivido en la misma área de distribución que el gato salvaje europeo (Felis silvestris).
Los expertos han analizado ahora el genoma de gatos salvajes y domésticos, según ha anunciado la LMU. Entre ellos había 48 muestras actuales y 258 procedentes de yacimientos arqueológicos de hasta 8500 años de antigüedad. Los investigadores analizaron si se había producido mestizaje y en qué medida. El resultado: por lo general, los gatos domésticos y salvajes evitaban aparearse.
Hasta la fecha, menos del diez por ciento de la ascendencia de la mayoría de los gatos domésticos modernos se remonta a los gatos salvajes. "Nuestros estudios demuestran que la biología de los gatos domésticos difiere tanto de la de los gatos salvajes que normalmente no se cruzan", explica Frantz. "Esto se debe probablemente a que los gatos domésticos y los salvajes se han adaptado a nichos ecológicos muy distintos y muestran comportamientos diferentes: Los gatos salvajes son animales solitarios, mientras que los domésticos pueden vivir en densidades mucho mayores".
Sin embargo, si los gatos salvajes sufren presiones y su población se ve amenazada, esto favorece la mezcla con los gatos domésticos. Los investigadores de la Universidad de Bristol pudieron demostrarlo específicamente en el caso de la población escocesa de gatos monteses. Frantz también participó en el estudio. La tasa de hibridación podría entonces aumentar rápidamente. "Esta hibridación es consecuencia de las amenazas modernas. La pérdida de hábitat y la persecución han llevado al gato montés al borde de la extinción en el Reino Unido", afirma Jo Howard-McCombe, autora principal del estudio.
Según los datos, los gatos monteses escoceses son la población más amenazada de toda Europa. En el caso de Alemania, los resultados sugieren que es probable que las poblaciones de este país aún no estén disminuyendo tan rápidamente y, por tanto, todavía no sufren la misma presión. "Necesitamos más datos genómicos para poder controlar la situación en el futuro y evitar que nos enfrentemos a los mismos problemas que en Escocia", afirma Frantz, investigador de la LMU.
Fuente: www.dpa.com