Dinamarca inicia una tasa climática pionera sobre la fabricación de carne y productos lácteos.
Denmark lidera la carga por acción climática global, implementando un impuesto sobre las industrias de ganadería porcina y láctea en emissions de gases de efecto invernadero. Según lo declarado por el Ministro de Hacienda Jeppe Bruus, otras naciones seguirán el ejemplo de Dinamarca. Un recomendación similar para un impuesto se presentó a través de una comisión de expertos.
Dinamarca, un jugador importante en el mercado global de carne y lácteos, busca lograr una reducción del 70% en emisiones en comparación con niveles de 1990 hasta 2030, mientras que Alemania busca un recorte del 65%. En contraste con Alemania, donde se han introducido impuestos CO2 en transporte, calefacción, energía y industria, pero no en agricultura (un 8% de las emisiones totales), el sector agrícola danés es responsable del 35% de las emisiones. Nueva Zelanda, con una industria agrícola considerable, abandonó este plan debido a la fuerte oposición de los granjeros.
La política espera el visto bueno del parlamento danés, pero se espera que pase debido al fuerte apoyo por las regulaciones de gases de efecto invernadero dentro del sector agrícola, incluyendo dentro de la industria misma. Las emisiones de metano de la producción de carne y lácteos son particularmente dañinas, con el metano siendo más dañino para el clima que el CO2 y convertido en equivalente CO2.
El plan abarca a los granjeros pagando alrededor de 40 Euros por tonelada de CO2 en 2030, aumentando a aproximadamente 100 Euros en 2035. La compensación se proveerá en la forma de alivio fiscal de impuestos sobre la renta, lo que resultará en granjeros enfrentando un sobrecargo efectivo entre aproximadamente 15 y 40 Euros por tonelada de CO2.