Cómo saber si ha vencido el óxido
Las herramientas, los coches, los tornillos o incluso los electrodomésticos de acero inoxidable oxidados puedenrecuperarse a menudo sise detecta el óxido a tiempo. En las primeras fases, el óxido es más un problema estético y una molestia. Pero el óxido es un proceso de corrosión que acabará inutilizando y haciendo irreparables a sus víctimas, por lo que cualquier esfuerzo por limpiarlas y protegerlas de una ruina mayor será una pérdida de tiempo. El truco está en saber cuándo el óxido ha vencido y es mejor sustituir ese panel del coche, esa vieja herramienta eléctrica o ese utensilio de cocina.
Etapas del óxido
Lo primero que hay que saber es que el óxido pasa por varias etapas distintas a medida que va consumiendo silenciosamente tus queridas cosas:
- Óxido superficial. La primera etapa del óxido se manifiesta en forma de manchas aisladas de color marrón rojizo, a menudo bastante pequeñas. Este óxido superficial suele ser inofensivo y no penetra por debajo de la superficie del metal, por lo que puede rasparse con bastante facilidad, y si toma medidas para proteger el metal manteniéndolo alejado de la humedad y añadiendo una capa de lubricante (WD-40 funcionará), no le pasará nada.
- Óxido. Si se deja a su suerte, el óxido seguirá corroyendo el hierro de su herramienta o componente. La decoloración marrón y polvorienta se extenderá, pero lo más importante es que empezarán a aparecer picaduras. Estos pequeños pinchazos en el metal indican que el proceso de oxidación ha comenzado a invadir la superficie. Sus cosas todavía se pueden salvar, pero le va a costar más trabajo.
- Óxido estructural. En esta fase, han empezado a aparecer agujeros en el metal. En las chapas metálicas, como las de los paneles de los coches, esto suele significar que el metal es fino y pastoso, y puede que se haya corroído por completo. En componentes más gruesos, la integridad estructural puede seguir siendo viable, pero las picaduras son probablemente tan graves que cualquier intento de reparación será inútil.
Si el óxido es muy severo, a menudo se puede decir visualmente -a simple vista- que la cosa que está tratando de salvar es una causa perdida. Pero en el caso de objetos más complejos, como las herramientas, a veces es necesario investigar un poco más.
Evaluar el óxido
Cuando se trata de objetos oxidados, la fase de "causa perdida" suele depender de su función. Los paneles de los coches, por ejemplo, suelen diseñarse más por estética que por seguridad o resistencia, por lo que a menudo pueden rellenarse, lijarse y pintarse, y seguir cumpliendo sus funciones básicas. Los muebles metálicos que se oxidan mucho pueden salvarse aplicando una imprimación específica que detenga el proceso de oxidación.
Sin embargo, para cualquier cosa que requiera un alto nivel de resistencia, como los paneles oscilantes o las herramientas de un coche, las reparaciones cosméticas no serán suficientes. Algunas consideraciones:
- Picaduras. Si el metal está visiblemente picado y erosionado por el óxido, el proceso de reducción de la integridad estructural ya ha comenzado. Si el componente está destinado a soportar carga o necesita aplicar mucho par de apriete (como una llave inglesa o un taladro eléctrico), la presencia de picaduras graves es señal de que probablemente deba ser sustituido.
- Grosor. El uso y el grosor del metal también influyen. Un martillo que ha sufrido mucho óxido puede seguir siendo utilizable siempre que quede un núcleo estable en la cabeza y lo repare adecuadamente. En cambio, un cuchillo de tablarroca muy oxidado podría no ser salvable con el mismo nivel de daños.
- Herramientas eléctricas. Si el óxido de una herramienta eléctrica ha afectado a sus piezas móviles, puede ser peligroso utilizarla incluso si se consigue eliminar el óxido superficial y volver a ponerla en funcionamiento. Una buena regla general es que si la herramienta eléctrica no funciona inicialmente debido a los gruesos depósitos de óxido, probablemente sea mejor sustituirla, a menos que esté dispuesto a trabajar mucho para salvarla.
Fuente: aussiedlerbote.de