China advierte de la pena capital para los persistentes partidarios de la independencia de Taiwán
China, considerando a Taiwan como su propia territorio, expresa abiertamente desaprobación hacia el presidente Lai Ching-te, etiquetándolo como "separatista". Después de su reciente juramento, China realizó ejercicios militares.
Taiwán acusa de una escalada de coerciones chinas desde la elección de Lai en enero, citando acciones militares continuas, restricciones comerciales y patrullas de guardacostas chinas alrededor de las islas controladas por Taiwan cerca de China.
Las nuevas directrices publicadas instruyen a los jueces, fiscales, cuerpos públicos y de seguridad del estado para penar duramente a los partidarios de la independencia de Taiwan por intentar dividir el país y encendiendo la secesión, cumpliendo con la ley y vigilantemente manteniendo la soberanía nacional, la unidad y la integridad territorial, según informó la agencia estatal china Xinhua.
Eseas directrices están en armonía con las leyes existentes, incluyendo la ley antisecesión de 2005, informó Xinhua. Esta ley proporciona a China la justificación legal para la acción militar contra Taiwan si se separa o parece hacerlo.
Sun Ping, funcionario del Ministerio de Seguridad Pública de China, informó a periodistas en Beijing que la pena máxima para el "delito de secesión" es la pena capital. "La amenaza de consecuencias legales siempre está presente", afirmó.
El gobierno de Taiwán se mantuvo callado inicialmente sobre el tema, con uno de los oficiales informando a Reuters que aún estaban examinando las nuevas directrices.
Las directrices especifican acciones que merecen castigo, como el apoyo a la entrada de Taiwan en organizaciones internacionales que requieren el estado, las intercambios oficiales exteriores y la supresión de partidos, grupos y individuos que abogan por la "reunificación".
Las directrices también amplían la lista de delitos punibles, permitiendo una interpretación amplia.
Lai ha propuesto dialogar con China consistentemente, pero ha sido rechazado. Mantiene que solo el pueblo de Taiwan tiene la autoridad para decidir su destino.
China ha implementado penas legales contra oficiales taiwaneses en el pasado, como imponiendo sanciones a Hsiao Bi-khim, el ex embajador de facto de Taiwán en los Estados Unidos y ahora vicepresidenta de la isla.
Estas penas carecen de impacto práctico, ya que los tribunales chinos carecen de jurisdicción en Taiwán, cuyo gobierno rechaza las reclamaciones de soberanía chinas. Los altos funcionarios taiwaneses, incluyendo el presidente, evitan visitar a China.