Brasil busca restricciones más estrictas al aborto.
El gobierno brasileño está considerando endurecer still más las leyes sobre el aborto. Según una nueva propuesta, cualquier aborto realizado después de las 22 semanas de embarazo sería etiquetado como "homicidio" y podría conducir a una pena de prisión de hasta 20 años. Esta noticia ha desencadenado indignación y manifestaciones por todo el país. La gente ha reunido en ciudades como Río de Janeiro, São Paulo, Brasília y Florianópolis para expresar su desacuerdo. En Río, los manifestantes tenían velas y gritaban, "Una niña no es una madre." Vivian Nigri, una activista, criticó el movimiento, afirmando que políticos conservadores están más preocupados por "los derechos del feto" que por "los derechos de las niñas." Agregó que una niña no debe ser obligada a llevar una embarazo que resultó de un violación.
Actualmente, los abortos están permitidos solo en tres circunstancias en Brasil: si la madre ha sido violada, si el feto tiene un defecto grave nacimiento o si la vida de la madre está en peligro. En cualquier otro caso, un aborto se considera un delito y podría resultar en hasta cuatro años de prisión. La facción conservadora del gobierno busca extender esta frontera. La propuesta de ley clasifica los abortos después de las 22 semanas como "homicidio". Sugiere penas que van desde seis a 20 años de prisión por cualquier aborto después de las 22 semanas, incluyendo casos de violación.
Los grupos de izquierda y derechos de las mujeres no toman este cambio a la ligera. Ellos creen que esto afectaría desproporcionadamente a jóvenes y mujeres, que tal vez no puedan hablar sobre sus experiencias de violencia o reconocer los síntomas de la embarazo a tiempo. Los legisladores que apoyan esta ley también están respaldados por iglesias evangélicas poderosas que abogan por legislación anti-aborto estricta. Esta ley fue sorpresivamente presentada al Congreso de Diputados el miércoles, por pasar las debates comunes.