Arte por valor de 3.400 millones de dólares en un pequeño rincón de Suiza
En ella exponen unas 300 galerías internacionales de los cinco continentes, con obras por valor de 3.400 millones de dólares. Y si todo sigue igual que el año pasado, atraerá a más de 92.000 personas a lo largo de una semana.
Los entendidos saben que, cuando se abren las puertas al público, la mayoría de las obras ya se han vendido; en los días previos a la inauguración oficial, los coleccionistas más incondicionales, provistos de acreditaciones VIP, compran obras de arte valoradas entre cien mil y varios millones de dólares como si fueran caramelos. Para todos los demás, los expositores son una instantánea de lo mejor del arte moderno y contemporáneo.
Lo primero que verá al entrar en el recinto ferial diseñado por Herzog & de Meuron(una maravilla revestida de aluminio) es el sector Unlimited de Art Basel, que la feria describe como "una plataforma para proyectos que trascienden las limitaciones de un stand clásico de exposición de arte". En otras palabras, es donde encontrará todo lo que es enorme, envolvente y digno de Instagram en este momento.
Justo delante de la entrada, el artista berlinés Julius von Bismarck se arremolina en un dormitorio improvisado, se mete en la cama y a veces se levanta para sentarse en su escritorio y tomar un vaso de vino tinto. El arte de su actuación, por lo demás mundana, radica en que se desarrolla en las laderas de un gigantesco cuenco de hormigón giratorio, donde las fuerzas centrífugas son lo único que mantiene los muebles en su sitio.
"¿Cuál es tu remedio para el mareo?", le preguntamos al artista.
"Lo mejor es concentrar la vista en un lugar", responde. "Preferiblemente algo dentro del cuenco".
En otros lugares de la sala de exposiciones Unlimited se proyectan películas de artistas como Ed Atkins, Sarah Morris y Wu Tsang. El fotógrafo Ryan McGinley pegó 500 imágenes en las paredes y techos de una habitación para hacer "YEARBOOK", un collage envolvente y de tintes pop de jovencitas sexys desnudas.
El artista escocés David Shrigley instaló un círculo de sillas y caballetes para que los visitantes pudieran sentarse y dibujar "Life Model", una escultura desnuda de tres metros de altura, parecida a Pinocho, que parpadea y orina intermitentemente.
A pesar de la impresionante oferta de Unlimited, el pilar de Art Basel es su sector de Galerías, donde 223 expositores muestran obras de los siglos XX y XXI que abarcan desde la pintura y la escultura hasta el vídeo y lo digital. Aquí se encuentran las obras más modestas de artistas contemporáneos de primera fila, los Picasso, los Giacometti y otros grandes vendedores.
Otros sectores son Parcours, obras a gran escala instaladas alrededor de la histórica Münsterplatz; Statements, un espacio para artistas emergentes; y Feature, donde los stands son presentaciones comisariadas sobre artistas o temas concretos.
Fuera de la feria, el arte en Basilea es abundante.
Además de las venerables instituciones permanentes de la ciudad (Paul Gaugin y Marlene Dumas en la Fundación Beyeler, así como Anicka Yi y Bernard Tschumi en la Kunsthalle Basel son visitas obligadas), hay una miríada de ferias e instalaciones satélite que han brotado por toda la ciudad. Volta y Liste son dos ferias dedicadas al arte nuevo y emergente, por no hablar de Design Miami/Basel, la feria hermana de Art Basel. Allí, la atención se centra en el arte funcional.
En la planta baja se presenta Design at Large, un estudio arquitectónico de viviendas históricas y vanguardistas que incluye obras del emblemático Jean Prouvé y del contemporáneo Atelier Van Lieshout. En el piso superior, no faltan clásicos del diseño francés y escandinavo de mediados de siglo, además de nuevas invenciones de ciencia ficción. La presentación inaugural del Diseñador del Futuro de Swarovski presenta a los jóvenes talentos Studio Swine, Tomás Alonso y Elaine Yan Ling Ng, cuyas obras juegan con los temas de la luz y el espacio exterior.
El fabricante suizo de relojes de lujo Audemars Piguet lanzó una nueva serie de encargos artísticos que tendrán lugar en todas las ediciones de Art Basel. Robin Meier, un híbrido de compositor y artista, creó un entorno vivo: un ecosistema de luces LED parpadeantes, plantas e instrumentos científicos en una tienda de campaña herméticamente cerrada, instalada en la parte trasera de la galería Volkshaus. La consiguiente sinfonía de luz y sonido -grabaciones de crótalos, metrónomos y sutiles vibraciones- estimula a las luciérnagas que circulan etéreas por el interior, creando una experiencia surrealista para el espectador. Tras una semana de sobrecarga sensorial, puede ser el destino perfecto para un momento de paz y tranquilidad.
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Fuente: edition.cnn.com
