Andy Murray entra en el modo guerrero mientras lucha para terminar su carrera con el oro olímpico
Él y su compañero británico Dan Evans habían vuelto a enfrentarse a la derrota y, de alguna manera, habían escapado con otra victoria que desafiaba la lógica.
Después de consolar respetuosamente a sus oponentes, la pareja liberó una oleada de energía en la Court Suzanne Lenglen, abrazándose en la red antes de que Murray se sentara en su asiento, aparentemente abrumado por la ocasión.
Las celebraciones del martes estaban justificadas. Después de salvar cinco puntos de partido en la victoria de la primera ronda del domingo, sobrevivieron a otros dos para vencer a Bélgica Sander Gille y Joran Vliegen y avanzar a los cuartos de final del torneo de dobles masculino.
Antes de que comenzara el juego en París, Murray había anunciado que los Juegos serían su último torneo.
El de 37 años ya ha estado a punto de sufrir una derrota que pusiera fin a su carrera en siete ocasiones. En cada momento, sin embargo, él y Evans han encontrado una manera de ganar, una marca de la carrera de Murray.
El tenis es un deporte dominado por los Grand Slams. Los jugadores suelen ser juzgados por el número de títulos importantes que han ganado, no por las medallas de oro que llevan al cuello.
Pero, para Murray, los Juegos Olímpicos siempre han ocupado un lugar especial en su corazón.
En 2012, apenas unas semanas después de una dolorosa derrota en la final de Wimbledon, Murray ganó el oro en el torneo individual masculino de los Juegos de Londres. También añadió una medalla de plata en el dobles mixto con su compañera Laura Robson.
Romance olímpico
Esas victorias en los Juegos de Londres desencadenaron una oleada de éxitos para Murray, que se consolidó como uno de los mejores tenistas de la era dorada del deporte.
Ganó su primer Grand Slam más tarde en 2012 en el US Open, antes de convertirse en el primer hombre británico en 77 años en ganar un título de Wimbledon en 2013.
Luego se convirtió en el número uno del mundo en 2016, un año en el que también ganó Wimbledon por segunda vez. Fue también el año en que defendió su título olímpico en los Juegos de Río, donde fue nombrado abanderado del equipo GB.
Aunque rivales como Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic hayan ganado más Grand Slams, Murray tiene más éxito olímpico que cualquiera de ellos.
A pesar de todo lo que siguió, aún mira hacia atrás a aquellos días dorados de 2012 como un momento en el que dio un paso al siguiente nivel: un torneo antes y después que lo puso en el camino hacia la fama.
"Algunos de los mejores momentos de mi vida, o de mi carrera deportiva, sin duda están en Londres jugando unos Juegos Olímpicos en casa", le dijo a Eurosport antes de que comenzara la acción en París.
"Nunca tendré esa oportunidad de nuevo".
Dado su afecto por los Juegos, perhaps it's no surprise that Murray chose to finish his career at the Olympics.
In truth, he could have walked away from the sport on multiple occasions in recent years after injuries robbed him of his competitiveness at the top level.
In Paris, he now walks onto court with somewhat of a limp, his gait is a little shorter than before. His serve has lost some of its venom and he felt unable to compete in both the doubles and singles draws.
But while his physicality has somewhat diminished, his passion and will to win haven’t suffered one bit.
In a video posted by the ATP Tour last month, Murray’s rivals were asked to describe the Scot in three words.
“Grit,” “determination” and “fighter” were some of the answers that kept being repeated, all attributes he has shown at this year’s Games.
Murray’s quality has now been limited to flashes of brilliance and he has leaned on teammate Evans to drag him through some difficult moments in the first two matches in Paris.
The duo have known each other for years, but their experience playing together is limited and they were beaten in the first round of this year’s French Open.
And yet, against all the odds, they have won two matches this week and are now just three wins away from an unlikely gold medal.
“It’s obviously unbelievably emotional,” Murray said after reaching the quarterfinals.
“I mean, you’re obviously unbelievably happy and then, for whatever reason, I don’t know why it happens, you get happy tears. I don’t know why that’s the case.
“But yeah, it was really emotional at the end of the match. Extremadamente feliz y emocionado de haber logrado pasar a otra final increíble. Te deja sin energía esa clase de cosas”.
Murray y Evans jugarán contra los estadounidenses Tommy Paul y Taylor Fritz el jueves para un lugar en las semifinales, mientras que el romance de Murray con los Juegos Olímpicos continúa.
Y, si esta semana de acción subraya algo, es que todo puede suceder cuando Murray pisa una pista de tenis.
Después de compartir un momento lleno de emoción con sus oponentes, Murray y Evans centraron su atención en el siguiente partido, sacando energía de su victoria. A pesar de sus limitaciones físicas, siguen mostrando la misma determinación y lucha, que es un reflejo de sus exitosas carreras en el tenis.
Este torneo olímpico ha ofrecido a Murray una oportunidad única para demostrar su amor por el deporte, probando que el tenis, un deporte que aprecia, sigue ocupando un lugar especial en su corazón.