Águilas en abundancia: Aves rapaces empleadas por el Open para ahuyentar a las gaviotas problemáticas.
Situado en la costa este de Escocia, St Andrews es conocido cariñosamente como el "hogar del golf", pero comparte residencia con unas molestas compañeras de piso: las gaviotas.
Mientras los espectadores observan educadamente las señales de silencio que colocan los comisarios mientras los jugadores lanzan sus golpes, las aves marinas, que se arremolinan sobre la famosa tabla de clasificación amarilla del hoyo 18, arman un jaleo impresionante.
Mientras buscan comida, el temor a ser el desafortunado punto de aterrizaje de sus desechos es una preocupación constante, y varios empleados y aficionados ya han caído en la trampa.
Sin embargo, no hay ni una sola gaviota a la vista en los cielos del patio de comidas y las gradas. Este es el resultado de un ingenioso reclutamiento por parte de los organizadores del evento: cuatro aves rapaces.
Los aficionados que se desplacen por el Old Course a lo largo de la semana se acostumbrarán a ver una pareja de halcones -un dorsirrojo y un Harris-, un búho real indio y un águila leonada.
Bautizados como Enya, Nailer, Sage y Fearnley respectivamente, los guardianes se posan en los guantes de sus cuidadores para ahuyentar a las gaviotas de la zona de picnic, así como de las tribunas 1 y 18.
Las aves proceden de la cercana cetrería Elite, alquilada para el evento, y su cuidador, John, está de guardia a la hora del almuerzo para la ronda inaugural del jueves, tras una oleada de actividad de gaviotas en torno al primer tee a primera hora de la mañana.
"Sin nosotros aquí, las gaviotas se lanzarían literalmente en picado sobre la gente para robarles la comida", declaró John a CNN Sport.
Dado que las gaviotas no son una de las cuatro aves rapaces típicas de la cocina, no vuelan por el campo, sino que se sientan tranquilamente en el guante de su cuidador mientras dura la guardia; su sola presencia basta para ahuyentar a los visitantes indeseados.
El golf no es el único deporte que recurre a la ayuda de aves rapaces. En Wimbledon, el halcón Rufus ha sido durante mucho tiempo un héroe del tenis local por sus esfuerzos en el All England Tennis Club.
Las mayores implosiones del Open
Al mantener las pistas libres de palomas -cuyo picoteo de las semillas de hierba puede interrumpir el juego en el grand slam de tenis-, Rufus se ha convertido en una especie de héroe local en el suroeste de Londres, con un súper fan disfrazado de halcón para los campeonatos de 2017.
Si los organizadores del Open quieren mejorar su juego, se rumorea que esta semana habrá un Tigre en la ciudad capaz de asustar a golfistas y gaviotas por igual.
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Fuente: edition.cnn.com