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A menudo no se cubren las vacantes de médicos de prisiones

Problemas de drogas y enfermedades mentales: Los médicos de prisiones no tienen precisamente los pacientes más fáciles de tratar. En una conferencia en Fráncfort, médicos y cuidadores intercambian opiniones.

Vista de una sala de detención en un hospital penitenciario. Fotografía.aussiedlerbote.de
Vista de una sala de detención en un hospital penitenciario. Fotografía.aussiedlerbote.de

Pocos solicitantes - A menudo no se cubren las vacantes de médicos de prisiones

Hay numerosas vacantes de médicos de prisiones en toda Alemania. Cada vez es más difícil garantizar la asistencia médica a los presos, afirmó el médico de prisiones de Berlín Karlheinz Keppler en vísperas de unas jornadas que se celebrarán en Fráncfort los días 7 y 8 de diciembre. Médicos y enfermeros de toda Alemania se reúnen por octava vez en las "Jornadas de Medicina Penitenciaria".

Sólo hay unos pocos solicitantes para las vacantes, declaró Keppler a la Agencia Alemana de Prensa (dpa). Los médicos son especialmente difíciles de encontrar. Tienen que ser sustituidos por personal autónomo, que es más caro y a menudo tiene dificultades para hacer frente a las condiciones especiales de las prisiones. Pero también hay muchas vacantes de personal de enfermería. Uno de los temas de la conferencia es la resiliencia: cómo puede el personal médico afrontar mejor el estresante entorno laboral.

Según Keppler, los problemas típicos de las prisiones son las adicciones y los problemas de salud mental. Además, los reclusos son cada vez más mayores, lo que aumenta la necesidad de tratamiento. "El encarcelamiento no protege contra el cáncer u otras enfermedades que se hacen más comunes en la vejez", dice Keppler. Los reclusos no siempre son puestos en libertad cuando están gravemente enfermos, "algunos también mueren en prisión".

"Nuestro principal problema son las adicciones y las drogas", afirma Keppler. Un tercio de los hombres y la mitad de las mujeres son adictos a las drogas intravenosas. También hay otras adicciones, como el alcohol. Según Keppler, los pacientes dependientes de opiáceos suelen recibir terapia de sustitución. Sin embargo, también suelen padecer enfermedades concomitantes como hepatitis, VIH o abscesos. En opinión de Keppler, la cárcel es el lugar equivocado para muchos de ellos: "Es una porquería encerrar a estos adictos".

En su opinión, lo mismo se aplica a muchos presos con enfermedades mentales. "En la cárcel no podemos atender bien a estos pacientes, pero tampoco podemos deshacernos de ellos porque las clínicas psiquiátricas no quieren quitárnoslos de encima".

Los médicos de prisiones cumplen una importante labor social: algunos presos reciben atención médica adecuada y apoyo social por primera vez en su vida. "Liberar a los presos sanos y con una nueva conciencia de sus problemas de salud: la sociedad también se beneficia de ello", afirma Keppler.

Jornadas de medicina penitenciaria

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Fuente: www.stern.de

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