Ser una buena persona no es lo mismo que ser amable. Por qué es tan importante la diferencia
Aunque agradezco a todos los que me han tendido la mano, estoy especialmente agradecida a dos de mis antiguos compañeros de universidad que sorprendieron a mi familia con una entrega de panecillos para desayunar. Aunque hubo una confusión con la dirección y nunca vimos esos panecillos, este acto de bondad se me quedó grabado. La intención era más importante que la comida.
Hay una diferencia entre ser agradable y ser amable, incluso nuestro cuerpo reconoce la diferencia. La bondad no sólo hace mucho bien al mundo, sino que también es buena para la salud. No hace falta mucho para aprovechar el poder de la amabilidad, y puede ser tan sencillo como desearle a alguien un buen día a través de un mensaje de texto.
Ser simpático frente a ser amable
¿Cuándo fue la última vez que fue amable? Quizá recuerde haber saludado a un veterano por su servicio o haber saludado a un desconocido. Ser amable implica ser educado y complacer a los demás. Esto puede parecer menos auténtico y gratificante que realizar actos amables, dice la doctora Carla Marie Manly, psicóloga clínica y autora del libro de próxima aparición "The Joy of Imperfect Love".
"Si complaces a la gente, estás poniendo una expectativa en la persona con la que estás siendo amable de que te responda de cierta manera", dijo Manly.
La amabilidad puede utilizarse como estrategia social para caerle bien a alguien. Piensa en la última vez que felicitaste a alguien por su ropa sin querer. ¿Lo hiciste para caerle bien o te sentiste obligado a comentar su nuevo look porque todo el mundo lo hacía?
Ser amable es menos egoísta, dice el Dr. Ash Nadkarni, psiquiatra asociado y director de bienestar del Hospital Brigham and Women's de Massachusetts. Por un lado, la amabilidad implica ser generoso sin esperar recibir nada a cambio. La otra mitad es el propósito que hay detrás de la acción. Una persona amable actúa por compasión y auténtica preocupación por los demás.
La diferencia está en la intencionalidad, dice la Dra. Catherine Franssen, profesora asociada de psicología en la Universidad de Longwood (Virginia).
Practicar la amabilidad en lugar de la simpatía permite a las personas establecer conexiones genuinas más profundas con los demás, afirma Franssen. Cuanto más lo haga, más fácil le resultará relacionarse con los demás y entablar relaciones más significativas en todos los aspectos de la vida.
Cómo afecta la amabilidad a tu cuerpo
Cuando las personas actúan con amabilidad, el cerebro libera una hormona llamada oxitocina. Conocida popularmente como la "hormona del amor", la oxitocina sirve para fomentar la conexión social con los demás. Según Nadkarni, la afluencia de oxitocina al cerebro amortigua la actividad de la amígdala, una región implicada en el miedo y la ansiedad. "Suprime la sensación de miedo y tiene un poderoso impacto en las funciones socioemocionales del cerebro".
Si alguna vez te has sentido menos estresado por ayudar a los demás, es gracias a los efectos calmantes de la oxitocina. Reduce el cortisol, la hormona del estrés que desencadena la inflamación y una respuesta de lucha o huida cuando el cuerpo percibe una amenaza potencial, ya sea un animal salvaje o un correo electrónico de tu jefe.
Además de reducir el cortisol, la oxitocina ayuda a mantener el corazón fuerte y sano. La hormona libera óxido nítrico, que dilata los vasos sanguíneos y, a su vez, reduce la presión arterial.
"La oxitocina tiene una amplia gama de funciones y es muy importante para nuestra salud", afirma Nadkarni. "No sólo aumenta la conexión social y mejora la salud cardiovascular, sino que también garantiza la disminución de la inflamación. La inflamación (crónica) es la base de muchas enfermedades, como la diabetes y la depresión".
La bondad en el cerebro
La cálida sensación que se experimenta al realizar un acto de bondad se debe a que el cerebro libera una gran cantidad de sustancias químicas que nos hacen sentir bien. Según Franssen, ser amable aumenta la producción de serotonina, un neurotransmisor que interviene en el estado de ánimo, incluida la felicidad. La amabilidad también libera dopamina, una sustancia química cerebral encargada de la recompensa y el placer. Es la razón por la que hacer un acto de bondad sienta tan bien que dan ganas de hacer otro.
Según Franssen, la amabilidad puede segregar endorfinas, sustancias químicas del organismo que activan el sistema opiáceo, las mismas hormonas que provocan el subidón de los corredores. Las endorfinas fomentan el placer y actúan como analgésico natural tanto para el dolor físico como para el emocional. "Cuando hacemos cosas amables por los demás y alguien nos hace algo desagradable, no nos sentimos tan mal", añade.
Actos de bondad al azar que puedes hacer hoy mismo
Ser amable aporta los mismos beneficios para la salud, independientemente de lo grande o pequeño que sea el gesto. A continuación se indican algunas buenas acciones que puedes hacer, empezando ahora mismo.
Recoger la basura
● Ir a ver a un amigo que esté pasando por una mala racha
Donar sangre
Envía un mensaje de buenos días a alguien
Abrir la puerta a alguien
● Sorprende a tus padres con una visita
● Envía un mensaje positivo
● Deja una generosa propina a un camarero
● Sé un oyente activo
● Preparar una comida para alguien necesitado
Los actos de bondad pueden parecer extraños y fuera de lugar al principio. Sin embargo, Manly dice que esta sensación desaparece cuanto más se practica. Pronto te resultará tan familiar que notarás los beneficios en ti mismo y en los demás.
Lea también:
- El 80% de los jóvenes alemanes come de forma sostenible
- El mito TikTok de la semana: Por qué todo el mundo está flipando con el gen MTHFR
- Estas son las mejores ofertas en smartwatches durante las rebajas anticipadas del Black Friday de Walmart
- Dónde encontrar hierba (legal) en EE.UU.
Fuente: edition.cnn.com