Es bueno saberlo - Qué ocurre en el cuerpo cuando nos congelamos
Desde la pandemia de coronavirus, muchas personas trabajan más a menudo desde casa, pero con los altos precios de la energía, muchos alemanes se lo piensan dos veces antes de encender la calefacción. Pero cualquiera que se pase el día sentado en un escritorio se da cuenta enseguida de que se le enfrían rápidamente los pies y las manos. Pero, ¿qué ocurre realmente en el cuerpo cuando tenemos frío?
La Organización Mundial de la Salud afirma en un informe que las bajas temperaturas interiores aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Por ello, recomienda un límite inferior de 18 grados en interiores. Un estudio de 2019 llegó incluso a la conclusión de que una temperatura ambiente baja repercute negativamente en la productividad y el rendimiento, al menos en el caso de las mujeres.
Cuando hace frío, nuestro cuerpo reacciona para mantener la temperatura
Si tenemos demasiado frío -ya sea en la oficina o con temperaturas exteriores gélidas- empezamos a congelarnos. Como criaturas de sangre caliente que somos, necesitamos una temperatura corporal constante para mantener en funcionamiento nuestro metabolismo y nuestros órganos vitales. La temperatura central de nuestro cuerpo ronda los 37 grados, y nuestro organismo hace todo lo posible por mantenerla. Al fin y al cabo, una temperatura corporal demasiado baja puede provocar la muerte.
Hablamos de hipotermia cuando nuestra temperatura corporal baja de 35 grados. De forma natural, nuestro cuerpo quiere evitar este estado y toma medidas para minimizar la pérdida de calor.
Vasos sanguíneos contraídos, piel de gallina y escalofríos
En primer lugar, los vasos sanguíneos se contraen. Como consecuencia, la sangre transporta menos calor a la superficie de la piel. Notamos este efecto primero en las manos y los pies: nuestro cuerpo utiliza este mecanismo para proteger el cerebro y los órganos internos del frío. Y también se nos pone la piel de gallina cuando hace frío fuera. Se nos eriza el vello corporal: El cuerpo activa los músculos del folículo piloso para crear un colchón de aire aislante contra el frío. Nuestros antepasados, mucho más velludos, probablemente eran mucho mejores para mantener el calor corporal.
Si hace más frío, empezamos a temblar. Nuestros músculos se contraen y vuelven a relajarse. Este movimiento genera calor.
Si no quieres congelarte en un piso o una oficina fríos, debes moverte de vez en cuando: así encendemos la calefacción muscular. El conocido look cebolla también nos mantiene calientes gracias a las capas aislantes de aire entre las prendas.
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Fuente: www.stern.de
