- Los especialistas afirman que los inmigrantes no están necesariamente predispuestos a la radicalización
La radicalización no está exclusivamente relacionada con el entorno social o cultural de una persona, según un experto en extremismo del Oficina Federal de Migración y Refugiados (Bamf). "Es un fenómeno social común", declaró Florian Endres, director del Centro de Consulta sobre Extremismo en Bamf, en una entrevista con la Agencia Alemana de Prensa. La investigación realizada en el centro revela que a menudo hay "aberturas" que surgen de circunstancias personales, como crisis personales, pérdida de propósito, dificultades laborales o conflictos familiares, que estos individuos no pueden superar solos. Este patrón se presenta en familias musulmanas y no musulmanas.
Endres abordó el ataque sospechoso de islamista en Solingen, optando por no discutir el caso específico. El viernes, un hombre sirio de 26 años, armado con un cuchillo, causó tres muertes e hirió a otras ocho personas en Solingen.
¿Qué lleva a la radicalización?
Las crisis de vida no son infrecuentes, pero no todo el mundo es inmune a las creencias extremistas. "Se vuelven susceptibles a estructuras que ofrecen una explicación clara para su situación y, por supuesto, una solución", señaló Endres.
En los últimos años, los problemas de salud mental también han surgido como un factor decisivo en la radicalización, según Endres. "Por ejemplo, los refugiados a menudo experimentan traumas durante su viaje, pero también hay casos de personas locales en Alemania que sufren condiciones como psicosis o depresión, que pueden estar relacionadas con su radicalización".
¿Cómo comienza la búsqueda del extremismo?
La radicalización comienza con un cambio en la percepción de uno mismo. "Se ven a sí mismos como la 'élite' del Islam", aclaró Endres. "Solo ellos entienden el Islam como lo hizo el Profeta y sus descendientes directos. Al final, se trata de un aumento de la autoestima".
Al principio, esta nueva identidad podría traer cambios positivos, como menor consumo de alcohol o menos encuentros con la ley. Sin embargo, a medida que la radicalización se profundiza, los conflictos con el entorno social aumentan. Las conexiones inusuales en mezquitas o plataformas de redes sociales con frecuencia sirven como las primeras señales de alarma para amigos y familiares.
Rehabilitando a las personas
El Centro de Consulta sobre Extremismo de Bamf se lanzó en 2012 y ofrece una línea directa para personas que sospechan de la radicalización en su entorno inmediato. Cuando es necesario, los consejeros del centro pueden intervenir directamente.
"Organizamos conversaciones con la familia, la escuela, el trabajo, los parientes, los amigos -cualquiera que esté involucrado. Los centros de consulta examinan cómo conectarse mejor con la persona", dijo Endres. En casos más graves, los consejeros de desencadenamiento especialmente capacitados colaboran con la red social del individuo para encontrar soluciones. "Este método ha demostrado ser exitoso en todo el país", concluyó Endres.
Las creencias extremistas pueden ser atractivas incluso para personas que experimentan crisis de vida, ya que ofrecen una explicación clara para su situación y una solución propuesta, según Endres. Además, los problemas de salud mental han surgido como un factor significativo en la radicalización, afectando tanto a refugiados como a personas locales en Alemania.
Lea también:
- Se constituye un nuevo grupo parlamentario de derechas en el Parlamento Europeo, sin la AfD
- Indignación por supuestos planes de asesinato contra el CEO de Rheinmetall
- La alianza de derechas de Orban en la UE, a punto de alcanzar la categoría de grupo parlamentario
- USA pidiendo acuerdo de rehenes - advirtiendo palabras a Netanyahu