- Los agresivos casuarios perturban a los campistas en Australia
En un popular camping en Queensland, Australia, dos audaces casuarios han causado alarma entre las autoridades. Estos animales voladores, conocidos como Casuarius casuarius, han estado acercándose a los turistas en Murray Falls en el Parque Nacional Girramay, incluso robando comidas directamente de sus manos y platos, según informó el oficial de vida silvestre Alex Diczbalis al medio de noticias australiano ABC.
"Hemos notado que estos pájaros actúan en pareja, deambulando por el campamento, buscando comida fácil", dijo él. Esta conducta indica que estos casuarios del sur han aprendido a percibir a los humanos como una fuente de comida constante, lo que podría tener graves consecuencias.
Portan garras letales
Aunque los casuarios del sur raramente atacan a los humanos, pueden causar lesiones potencialmente mortales, especialmente para los niños. Aunque no son hostiles por naturaleza, pueden reaccionar de manera defensiva y atacar si sienten una amenaza, asegura el científico ambiental Peter Valentine de la Universidad James Cook. "Estos pájaros tienen una garra altamente evolucionada en sus pies, que funciona como un arma de perforación y es capaz de penetrar la carne humana desde la distancia".
El alimentar casuarios ilegalmente en Queensland está prohibido y conlleva una multa máxima de aproximadamente AU$6,400 (€3,900). "Es importante que estos pájaros se mantengan en su hábitat natural, alimentándose de frutas del bosque", reiteró Diczbalis. Estos pájaros a menudo dejan semillas intactas, lo que contribuye significativamente a la regeneración del bosque. "De hecho, prefieren las frutas del bosque a los salchichas a la parrilla", concluyó el oficial de vida silvestre.
El casuario del sur es el tercer ave más grande del mundo, después del avestruz y el emú. Los adultos pueden llegar a medir hasta 1.70 metros de altura y pesar alrededor de 70 kilogramos. Se distinguen por su cresta ósea en forma de casco en la cabeza, un cuello y cabeza iridiscentes azules y sus temibles garras en forma de daga.
Los visitantes del campamento deben tener cuidado con el comportamiento de estos pájaros, ya que han comenzado a percibir a los humanos como una posible fuente de comida. De lo contrario, sus garras letales, capaces de penetrar la carne humana, podrían causar lesiones graves, especialmente en los niños.