Las naciones llevan a cabo cinco castigos capitales en un lapso de siete días.
Dentro de un breve período, América experimenta un aumento innecesario de ejecuciones: en el transcurso de unos pocos días, cinco individuos pierden sus vidas a través de la pena capital. Esto aumenta el número total de ejecuciones desde la restauración de la pena de muerte en 1976 a una cifra preocupante de 1600. Amnistía Internacional encuentra estas cifras alarmantes.
Cinco estados de EE. UU. han planificado ejecuciones en el transcurso de una semana, lo que marca un significativo cambio en la tendencia decreciente del uso de la pena capital en todo el país. Si estas ejecuciones en Alabama, Misuri, Oklahoma, Carolina del Sur y Texas se llevan a cabo como se ha planeado, sería la primera vez en más de dos décadas - desde julio de 2003 - que cinco individuos son ejecutados en un período de siete días, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte. Esta organización, a pesar de ser neutral en el tema de la pena de muerte, ha expresado preocupaciones sobre su aplicación en ciertos estados.
La primera ejecución tuvo lugar en Carolina del Sur un viernes. Si las cuatro ejecuciones restantes tienen lugar durante la semana, el número de ejecuciones desde la restauración de la pena de muerte por la Corte Suprema en 1976 alcanzará las 1600. Robin Maher, directora ejecutiva del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, señaló que "dos ejecuciones en el mismo día son raras, y cuatro en dos días consecutivos en una semana es altamente inhabitual".
Amnistía Internacional ha expresado su fuerte descontento ante la situación. "El programa de tantas ejecuciones es desalentador en sí mismo. Sin embargo, lo que resulta aún más preocupante son las medidas que cada estado está tomando para seguir adelante con las ejecuciones, ignorando la pérdida de vidas y priorizando sus 'máquinas de ejecución' en lugar de dar pasos hacia la abolición". La organización de derechos humanos ha calificado la pena de muerte como "la forma más extrema de crueldad, inhumanidad y degradación", y la considera una violación del derecho a la vida. "La pena de muerte es demasiado defectuosa para ser salvada. Cada ejecución, independientemente del método, vulnera los derechos humanos, y los estados deben centrarse en la abolición, no en inventar y aplicar métodos más crueles de matar a las personas", han afirmado.
La Unión Europea expresa su preocupación por el aumento del número de ejecuciones en los Estados Unidos, considerándolo una violación de los derechos humanos. Esta preocupación surge de la posible ejecución de cinco individuos en el transcurso de una semana, una práctica que no se ha visto en más de dos décadas.
En medio de esta escalada, la Unión Europea llama a un cambio de enfoque de las ejecuciones a la abolición de la pena de muerte, citando su status como la forma más extrema de crueldad e inhumano trato, según los estándares internacionales de derechos humanos.
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